El Sevilla se llevó con todo merecimiento tres puntazos de oro en un encuentro que se torció desde el primer minuto, pero al que logró darle la vuelta con juego, corazón y fundamentalmente con un Vitolo en estado de gracia. El canario en la segunda parte se echó al equipo a sus espaldas y consumó una remontada colosal que encumbra a un Sevilla que pese a haber estado contra las cuerdas jamás se rindió ni renunció a su estilo de juego. 14 córners, 20 remates y más de un setenta por ciento de posesión merecían un triunfo que acabó llegando en el descuento.
El partido en Riazor impulsa al Sevilla no sólo en la tabla clasificatoria sino también en el plano anímico, porque el conjunto nervionense tiró de raza de equipo grande para levantar un encuentro que en el minuto 43, cuando Florin Andone hacía el 2-0, parecía prácticamente inalcanzable. De hecho, en el primer minuto el Deportivo ya ganaba 1-0, después de que Babel culminara una buena jugada colectiva que había pillado al conjunto de Sampaoli todavía en los vestuarios.
Muy pronto el partido se puso cuesta arriba, pero el Sevilla jamás renunció a su estilo, dominando con claridad a su rival
Pese al severo imprevisto inicial, el Sevilla no se vino abajo y llevó con claridad el peso del encuentro. Nzonzi ejercía de líder y por él pasaban todas las acciones de peligro, aunque fue Ganso el que heló la sangre de Riazor entero cuando con uno de sus taconazos marca de la casa dejó a Sarabia frente a Tyton, que sin embargo le ganó la partida al madrileño. No fue ésa la única ocasión. El dominio del Sevilla era pleno y las llegadas continuas, aunque costaba desarmar a un Deportivo que esperaba atrás muy arropado. Nzonzi, sin duda el mejor de los de Nervión en la primera mitad, tuvo el empate de cabeza en una falta, pero como ante el Barça su remate se fue por muy poco por el palo derecho del cacerbero local. Costaba creer que el Sevilla no sacara más rédito de lo que estaba haciendo en Riazor, pero así era. Y la cosa, es más, se ponía peor cuando Andone convertía el 2-0, valiéndose de una jugada individual magnífica que partió a la defensa en dos.