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Gol de Kjaer en el Spartak-Sevilla FC
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APELAR AL EFECTO BÚMERAN Y REGALAR AL SEVILLISMO UNA NUEVA NOCHE MÁGICA

01/11/2017
Entradilla
La mejor enseñanza del 5-1 -con tres goles encajados en 15 minutos- es que el Sevilla debe repetir sus mejores minutos de la Champions, hacer goles y atar en corto las acometidas de un rival agazapado
Cuerpo Superior

Sevilla FC-Spartak de Moscú, segunda cita oficial de la historia ante los moscovitas y primera en el -tantas veces invicto- Sánchez-Pizjuán, para volver a demostrar que se aprende más de las derrotas que de las victorias y que el conjunto ruso -al que le salió todo bien en la ida- es un rival peligroso pero perfectamente abordable con la máxima concentración y la intensidad colectiva como norma de conducta de unos jugadores que pueden hacer historia en la máxima competición continental. Es el punto de inflexión clave en la resolución del grupo E.

Se entrecruzan el espíritu que debe presidir siempre los retos Champions con la coyuntura actual del efecto denominado búmeran, en el sentido de devolver a los rusos la noche mágica sufrida en Moscú, de acierto sevillista ante la portería rival, como lo refleja el dato de que el Spartak sólo tuvo en casa el 38% de posesión de balón y realizó menos disparos que el propio Sevilla. Los de Berizzo ofrecieron los mejores minutos del curso, teniendo Ben Yedder el 1-2 en sus botas. Pero en fútbol, goles son amores y no buenas razones.

Los de Berizzo deben responder con el espíritu Champions a un sevillismo que es exigente pero aún más fiel en las grandes citas

Como queda dicho, el partido de ida es la mejor y más cercana referencia de lo que pudo ser. En la retina de los sevillistas permanece el gran juego desplegado por los de Berizzo en los inicios de la segunda mitad, tras el 1-1 del descanso (goles de Promes y Kjaer). Pero, tras la ocasión de Ben Yedder, llegaron en 15 minutos tres goles de Melgarejo, Glushakov y Luiz Adriano, completado por un cuarto en el 90 por parte del holandés Promes, autor de 2 goles y 2 asistencias. Noche mágica para los rusos y aciaga para los sevillistas. Este miércoles europeo hay que pelear por invertir la fotografía: noche estelar nervionense al calor de los suyos.

Cuerpo Inferior

Ben Yedder está entre los máximos goleadores europeos (4, que son 6 con el play off); Ronaldo y Kane suman 5

También hay que positivar los argumentos atacantes. Ben Yedder, está a la altura de los goleadores Champions por su triplete al Maribor, suma 4 goles, que serían seis con los dos tantos en el play off. Cavani (PSG) lleva 4 y Ronaldo (Madrid) y Harry Kane (Tottenham), 5 cada uno. Otro dato refuerza las prestaciones del galo en esta competición: es el que más remates (9) hizo a puerta, bien dirigidos, junto a Lewandowski (Bayern). Con referencia al balance goleador es momento además de restañar el dato negativo y tratar de invertir la diferencia con respecto al cuadro ruso. Aunque, resultados al margen, la clave son las victorias y los puntos, que haría inalcanzable al Spartak las plazas de acceso a los octavos de final.

El rival baja enteros a domicilio, pero el Sevilla FC sólo tiene entre ceja y ceja la revancha deportiva en el fortín nervionense

El conjunto del italiano Máximo Carrera mostró en la ida ser un rival agazapado, con lagunas en defensa, aunque con un temible contragolpe con espacios. Su buena racha es destacable: no ha perdido en sus 13 últimos encuentros, con seis victorias y siete empates entre todas las competiciones; está invicto desde agosto. Es otro reto añadido del Sevilla, que vuelvan a saborear la derrota. El cuadro ruso baja enteros a domicilio: no ganó en nueve citas europeas como visitante, incluyendo la fase de play off, con cinco empates y cuatro derrotas.

El Sevilla FC ha ganado al calor de los suyos cinco de los seis últimos duelos en la Liga de Campeones; su norte no es otro que la revancha deportiva que le ofrece el fútbol, con el máximo respeto al rival. La enésima noche europea la vivirán los sevillistas, que pueden decir a boca llena que no es sueño lo que disfrutan; es una realidad sólo al alcance de unos pocos. Para vivirlo hay que venir a la Bombonera nervionense.