José Castro en el acto del Dorsal de Leyenda a Enrique Montero
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CASTRO: "ENRIQUE NO TUVO QUE CORONARSE CON COPAS PARA QUE HOY SEA IMPERECEDERO"

15/11/2017
El presidente reconoció que "la que formaba junto a Scotta y Bertoni es una de las mejores delanteras" que recuerda

El presidente José Castro fue el encargado de cerrar el acto con un discurso lleno de sentimiento que reproducimos a continuación:

Desde 2009 el Dorsal de Leyenda se ha concedido a sólo nueve futbolistas: Juan Arza, José María Busto, Marcelo Campanal, Ignacio Achucarro, Antonio Valero, Paco Gallego, Enrique Lora, Curro Sanjosé y Antonio Álvarez... Hoy es el día de Enrique Montero, pero en realidad es un día de reconocimiento para todos aquellos jugadores que defendieron nuestra camiseta. Hay muchos que se fueron antes de que empezáramos a entregar Dorsales de Leyenda… Hoy es el día de ellos, de los que no están, pero también de los que están, de los que estáis aquí, de todos vosotros, ex jugadores nuestros, que con vuestros méritos y tesón contribuisteis a la grandeza actual de nuestro Sevilla FC.

Pero vuelvo a Enrique Montero. Enrique, la magia que vino de El Puerto para conquistar el corazón del Sevillismo. Enrique, el artista, y remarco lo de artista, que cambió la incertidumbre que generaba en sus comienzos su fútbol por la aclamación general y los pañuelos blancos. Enrique, el que formaba junto a Scotta y Bertoni una de las delanteras más fabulosas que este presidente recuerda. Enrique, al que le partieron la rodilla derecha cuando estaba en su mejor momento y su traspaso se iba a convertir en la venta más importante del Sevilla FC en toda su historia.

"Enrique cambió la incertidumbre de sus comienzos por la aclamación general"

Sí, Enrique, el del inolvidable cántico de Montero, Montero, el mejor del mundo entero. Montero, el que volvió del dique seco y continuó embelesando con su arte, el que se fue al Cádiz para regresar al Sánchez-Pizjuán y ser ovacionado cuantas veces pisaba su césped… Porque ya podía venir con la camiseta del Cádiz o de quien fuera, que Enrique Montero era y es cosa nuestra, patrimonio del Sevilla FC. Por eso a Enrique lo quisimos y lo seguimos queriendo más de 30 años después de que dejara nuestro club. Aunque eso es un decir, porque irte no te fuiste nunca… Las leyendas como tú están siempre aquí, en nuestro corazón.

Enrique Montero, en definitiva, son palabras mayores para el Sevilla FC y para todo aquel que sienta en sevillista y eso es lo que hoy hemos querido transmitirte con este homenaje, Enrique. Aquella diestra, aquel pincel enfundado en una bota que ingeniaba quiebros imposibles y que en sus tardes de gloria nos llevaba al reino de los cielos con su elegancia celestial. Aquella diestra de edición única e irrepetible…Sí, los títulos podrían haber dado aún mayor realce a su carrera, pero el fútbol de Enrique Montero era tan valioso, destilaba tantos quilates, que ni siquiera tuvo que coronarse con copas para que hoy sea imperecedero y añorado por los sevillistas que tuvimos la inmensa fortuna de contemplar su maestría.

"El fútbol, o su mala pata, te quiso aquí con nosotros, en tu casa, en tu tierra..."

Enrique, al conocer tu historia cualquiera diría que la vida te jugó una mala pasada con aquella entrada maldita de Polozzi… Hubieras fichado por el FC Barcelona y quien sabe dónde hubiera estado tu techo. Pero el fútbol, o la mala pata del fútbol, te quiso aquí, con nosotros, en tu casa, en tu tierra… Sufriste, gritaste, lloraste de dolor cuando te quitaron el yeso y tuviste que volver a doblar la rodilla… Pero no te rendiste, no capitulaste, regresaste al ruedo y seguiste iluminando a una afición que te recordará para siempre como el más lúcido artista que hacía posible lo improbable con una sencillez plástica imposible. En el Barcelona podrías haber ganado muchas más cosas que aquí, claro que sí, pero jamás te hubieran querido como te queremos e idolatramos nosotros. Y aquí estamos contigo, Enrique, 31 años después de que nos dejaras, recordando tu grandeza y elevándote a leyenda…

Hoy el fútbol y el Sevilla FC te hace justicia ¡Felicidades!