Ni con nueve minutos de descuento le bastó al Sevilla para batir a David Soria y meterse en el partido ante el Getafe. Y es que los azulones se pusieron el triunfo muy de cara en un primera parte demasiado imprecisa de los de Machín. Un buen pase de Jorge Molina y un error no forzado permitieron a Ángel sacar adelante un partido en el que el Getafe supo mucho mejor cuál era el camino que debía tomar. Dejando hacer al Sevilla, totalmente ahogado, y aprovechando que el VAR siempre estuvo de su lado, los del Coliseum supieron como llevarse todo el botín de Nervión y confirman la mala dinámica de los blanquirrojos, que no marcan en LaLiga desde la ilusionante goleada inicial en el Campo de Vallecas.
Lo que mal empieza, mal acaba. Este axioma tan repetido no siempre se cumple, pero este domingo en Nervión condenó irremediablemente a un Sevilla FC desdibujado sobre el césped. Tanto es así que a los tres minutos de juego, el Getafe ya estaba por delante al aprovechar Ángel un pase en profundidad de Jorge Molina que los centrales sevillistas no pudieron desactivar. Mano a mano con Vaclík el canario no se puso nervioso y la cruzó imposible para el guardameta checo en el primer tanto encajado por los sevillistas esta temporada en el Sánchez-Pizjuán. A partir de ahí, más allá de los lógicos nervios que desata un inicio así, el Sevilla quiso la manija e inquietó por los dominios de David Soria aunque sin ocasiones suficientemente claras.
A los tres minutos ya estaban por delante los de Bordalás, con un mano a mano de Ángel que batió con templanza a Vaclík
Además, el Getafe tuvo clara su lectura del guión y buscó cortar por todos los medios cualquier intento de reacción sevillista. Esto motivó un juego trabado y tan intenso que se mostraron cinco amarillas mediado el primer acto. En todo ese clima, Jorge Molina perdonó el segundo con un disparo demasiado alto ante Vaclík y Sarabia contestó tras un gran control con un disparo poco ajustado. Y si el Sevilla no estaba cómodo, una revisión del VAR de más de dos minutos terminó de romper el ritmo y facilitar el segundo mazazo de la tarde. Tras un nuevo error defensivo no forzado, el balón le cae en el área pequeña a Ángel,que vuelve a certificar su máxima eficacia. Nada más sacar, Nolito no acertó con todo a favor para el 1-2 y el descanso llegó ante la contrariedad de los once sevillistas y la grada.