No pudo ser y ni tan siquiera hubo tiempo para agarrar el sueño con las manos. El Sevilla FC cayó este sábado en la final de la Copa del Rey en el Wanda Metropolitano ante un FC Barcelona que dio su mejor versión de la temporada para acabar con la emoción del partido demasiado pronto. Y es que a la media hora de juego la ventaja culé ya era de dos tantos ante un Sevilla que, pese a despertar tras el 0-1, se vio demasiado superado por un rival que se impuso ante todo por su velocidad. En la segunda mitad nada cambió y tanto Iniesta como Coutinho, de penalti, terminaron de certificar una dolorosa derrota que obliga a pelear el objetivo europeo por la vía liguera.
El inicio azulgrana fue sencillamente difícil de contrarrestar. Comenzó con una monopolización casi total del balón, para ir buscando poco a poco huecos por los que colarse ante David Soria. El Sevilla se mantenía agazapado a la espera de alguna oportunidad para salir, pero precisamente esa era la trampa preparada por Valverde. En el primer acercamiento sevillista, una rápida contra lanzada por el meta Cillessen permitió a Coutinho plantarse en el área rival y ceder a Luis Suárez, que en el segundo palo aprovechó sin oposición para anotar.
La velocidad azulgrana resultó letal para un Sevilla al que le costaba responder al fuego del Barcelona
Quizás saciado en parte con ese primer gol, el equipo catalán dio algo más de metros a su rival y ahí aparecieron los mejores minutos del Sevilla. Lanzado por la banda derecha con un Navas muy incisivo, un par de centros del palaciego estuvieron cerca de suponer el empate. Sin embargo, cuando volvió a la carga el FC Barcelona fue letal. Corría la media hora cuando una internada de Jordi Alba por el flanco diestro acabó con el lateral cediendo atrás a Messi tras ganar un rechace. El argentino, con el ángulo suficiente, la puso arriba imposible para Soria con el 0-2 como premio. El Barcelona estaba a gusto y aprovechaba la velocidad y los espacios, obligando a los sevillistas a hacer faltas casi en mediocampo. En medio de todo eso, una contra de Suárez suponía el 0-3 y dejaba la final prácticamente decidida al descanso.