1890, LA RAÍZ DE NUESTRO FÚTBOL

Tal día como hoy, un 25 de enero pero de 1890, un grupo de jóvenes residentes en nuestra capital, sevillanos y británicos, fundaban el Sevilla FC. Es decir, en su traducción literal, el Club de Fútbol de Sevilla. Además de aquel primer ejercicio de sevillanía —elegir el nombre de nuestra ciudad para ser su mayor embajador— se acordaron también los primeros cargos directivos del club, con el escocés Edward Farquharson Johnston, nacido en Elgin un 14 de octubre de 1854, como primer presidente. Otro escocés, Hugo MacColl (Glasgow, 1861), sería nombrado capitán, mientras que el sevillano Isaías White Méndez (1870) era designado primer secretario de la entidad.

Un último acuerdo, dado que habían decidido fundar un club netamente dedicado a la práctica del fútbol, sería la adopción de las reglas del Association football, descartando así las del rugby football y otras modalidades deportivas. De este modo, entre brindis de cerveza, mientras aquellos jóvenes celebraban la tradicional fiesta escocesa de la Noche de Burns, nacía el Sevilla FC, la raíz de nuestro fútbol.

A la mañana siguiente, tal y como recogió el diario escocés The Dundee Courier and Argus, los miembros del Sevilla FC disputaban su primer partidillo de entrenamiento. Tan sólo un mes después, tras varios encuentros más, Isaías White redactaba y enviaba la carta que daría lugar a la disputa del primer partido de fútbol jugado en España entre dos clubes legalmente constituidos. El histórico encuentro, disputado el 8 de marzo de 1890 en el Hipódromo de Tablada, finalizaría con una cómoda victoria para el Sevilla FC, que se impuso al Huelva Recreation Club por dos 2-0. Algunos de los nombres que aquella misma tarde pasaron a formar parte de la historia del fútbol nacional fueron los de los sevillistas Ritson, autor del primer gol, y Edward F. Johnston, amplio conocedor de las reglas del juego y árbitro de aquel primer partido de fútbol disputado en suelo español entre dos clubes.

Al término del encuentro, en un nuevo ejercicio de sevillanía, el Sevilla FC ofrecía a la expedición onubense un banquete especial en el ya desparecido Restaurante Suizo. Tras aquella histórica velada, el Sevilla FC continuaría enfrentándose en años posteriores al Huelva Recreation Club, al Rio-Tinto English Club y a diferentes equipos compuestos por ciudadanos británicos y alemanes, asentados o transeúntes de paso por nuestra ciudad.

Llega el siglo XX

Con el cambio de siglo, mientras una nueva generación de sevillistas tomaba el relevo de aquellos pioneros que fundaran la entidad en 1890, el club continuaría agigantando su leyenda. Para entonces, su fama había traspasado ya nuestras fronteras. En muy pocos años, tras la creación de la actual Real Federación Andaluza de Fútbol y del primer campeonato oficial organizado en nuestra región, el Sevilla FC comenzaría a ser conocido allende Despeñaperros como el eterno campeón de Andalucía, tras conquistar 18 de las 21 ediciones disputadas entre 1915 y 1940. A los entorchados regionales se sumarían tres triunfos en el Campeonato de España (1935, 1939 y 1948) y la Liga de la temporada 1945/46. Tan sólo la crisis derivada de la construcción de nuestro propio estadio privaría a la entidad de mantener tan elevado potencial deportivo durante la segunda mitad del pasado siglo XX. Aun así, el club llegaría a clasificarse para la disputa de dos finales de Copa (1955 y 1962). Durante este periodo, además, el Sevilla FC lograría clasificarse para disputa de la Copa de Europa (1957/58), la Recopa de Europa (1962/63), la Copa de Ferias (1966/67 y 1970/71) y Copa de la UEFA (1982/83, 1983/84, 1990/91, 1995/96).

El Sevilla FC retomaría la senda de los grandes triunfos con la llegada del siglo XXI, conquistando dos Campeonatos de España, una Supercopa de España, una Supercopa de Europa y hasta siete Copas de la UEFA Europa League, convirtiéndose así en uno de los clubes más laureados del Viejo Continente. Hoy, 135 años después de aquella histórica noche del 25 de enero de 1890, raíz de nuestro fútbol, el Sevilla FC continúa ejerciendo y siendo ejemplo de sevillanía, luciendo y paseando con orgullo el nombre de nuestra ciudad, sus colores y su propio escudo por todo el mundo y siendo su mayor embajador dentro y fuera de nuestras fronteras.