Paso atrás, tanto anímico como futbolístico, el que ha vivido el Sevilla FC este sábado en Ipurua. Las rotaciones, que permitieron debutar a Layún, Roque Mesa y Sandro, no funcionaron y el equipo se vio superado por los armeros desde el primer momento. Aunque al descanso la ventaja vasca ya era de 3-1, los de Mendilibar no se conformaron y fueron a por más ante un Sevilla superado, consiguiendo un 5-1 que hace daño a las puertas de un partido tan importante como el del próximo miércoles.
Lo ocurrido esta tarde en Eibar se vio escenificado por la primera jugada del partido, en la que Kike García encontró una autopista por la banda izquierda y se acabó plantando a los pies de Sergio Rico para batirle con un trallazo a la escuadra. 38 segundos pudieron los de Montella defender la igualdad en el marcador y a partir de ahí tocó remar muy a contracorriente. Y es que el Eibar siempre olió la sangre y abusó de su fútbol de empuje para hacer daño una y otra vez en el área nervionense. A los siete de juego Charles cabeceó al palo y tres más tarde fue Rico el que salvó el gol de Orellana.
El arreón local de los primeros minutos llegó acompañado de goles
No pudo hacerlo poco después, cumplido el cuarto de hora, cuando el chileno remató sin oposición en el segundo palo un gran centro de Cote con el exterior. Mazazo nada más empezar que hacía tomar la reacción casi como una quimera. Sin embargo, hubo algo de esperanza con unas manos de Dani García tras un sombrero de Sandro que el colegiado señaló como penalti. Aunque Dimitrovic adivinó la intención de Sarabia el madrileño conseguía el 2-1 con tres cuartos de partido aún por delante. Una esperanza que no duraría, pues en la siguiente jugada Rico volvía a salvar el tercero en un cabezazo a bocajarro de Kike García.