Los Sporting de Gijón-Sevilla FC ofrecen caras muy definidas, según el escenario del choque. En el fortín de Nervión, los sevillistas registran 8 triunfos en las últimas 8 citas disputadas. Hay que remontarse 23 años (1993) para encontrar un 1-2 visitante. Justo el caso contrario de lo que ocurre en El Molinón. En ocho pleitos, los asturianos firmaron en casa seis victorias y un empate a uno, con el único pleno sevillista en diciembre de 2009 (0-1), gol de Kanouté. Desde entonces, las visitas de los nervionenses al feudo astur se han distinguido por ser duelos complicados, muy competidos, duros y ásperos, en los que los hispalenses tuvieron opciones pero acabaron siempre derrotados por el mayor brío y convicción de los locales: 2-0, 1-0 y 2-1, el último partido en abril de este año, con gol inicial de Iborra y un resultado volteado por Krychowiak en propia puerta e Isma López en el 90’ en fuera de juego, para más desazón.
Sin euforia, al Sevilla se le exige el sello intenso y contundente de Nervión; no hay otra senda para seguir arriba
La exigencia de seguir arriba pasa por mantener la versión nervionense, sin ambages, ese es el camino ante los rivales inferiores. Los de Sampaoli viajan a Asturias con la miel en los labios de intentar pulverizar otro récord aún reciente de la 14/15, sumar 23 puntos en 10 jornadas disputadas, nunca antes logrado. Pero, en el rico refranero español, alguno ejemplarizante aconseja ‘no vender la piel del oso antes de cazarlo’, es decir, no cegarse por la euforia del último gran triunfo en casa y competir con los dientes apretados. La intensidad y el carácter deben seguir siendo máximos y la misma contundencia. Sólo así, sin dormirse en laureles, el talento podrá dictar sentencia y sumar de nuevo fuera de tres en tres, con permiso de los gijoneses. Los de Abelardo intentarán no caer por 3ª vez seguida en casa, tras el 0-5 del Barça y el 1-2 del Valencia. Tuvo un buen inicio ante Athletic Club y Leganés (2-1 los dos casos).