El fútbol dejó claro una vez más, esta noche en Los Cármenes, porqué mueve tantas pasiones. Solo tres días de la difícil derrota en casa que propiciaba la salida de Diego Alonso, el Sevilla FC se plantó en Granada con un entrenamiento dirigido por Quique Sánchez Flores y todo le salió de dulce para golear al conjunto nazarí. Los tantos de Pedrosa, Ocampos y Sergio Ramos certificaron un triunfo que vale mucho más de los tres puntos, ya de por sí vitales. Y es que además del gélido aire de Sierra Nevada que envolvía el escenario del choque, el equipo vuelve a casa con un soplo de aire muy fresco, tanto en lo numérico como también en lo anímico.
Comenzó el Sevilla con esa imagen de las últimas salidas a Mallorca y Lens, en las que intentó imponerse en el juego y golpear primero. No lo consiguió en aquellos precedentes, pero sí por fin en el Nuevo Los Cármenes. Avisó Pedrosa nada más empezar con un centro que acabó en córner, pero en el primer tiro entre palos iba a llegar el premio mediado el primer tiempo. Centro de nuevo del catalán que se envenena con el toque de un defensa y se va elevando hacia la escuadra. Intenta remacharla En-Nesyri ante Ferreira, pero el balón acaba entrando, parece, sin intervención del marroquí. Explosión de los 700 sevillistas que por fin veían a su equipo por delante, tras mucho tiempo, lejos de casa. El Granada acusó el golpe y más que lo iba a acusar, en una acción que reconfirmaba el cambio del viento apenas diez minutos después. Balón que recupera Ocampos en la línea de tres cuartos sin oposición, para levantar la cabeza y pegarle con el alma a la escuadra.
Tras la doble ventaja del primer acto, el tanto de Ramos selló el triunfo justo tras el descanso
0-2 con media hora de juego que obligó al Granada a irse arriba para recortar distancias cuanto antes. La tuvo Boyé con un cabezazo en plancha y ya en el alargue Puertas, que dribló en el área pequeña antes de encontrarse, como su compañero, con Dmitrovic. En la siguiente acción pudo incluso sentenciar Pedrosa, pero su derechazo desde la frontal acababa en el larguero antes de botar casi sobre la línea y alejarse de la portería. Por fortuna, hubo poco tiempo para lamentar la ocasión. En el cuatro de la reanudación, falta lateral que bota Suso y que Ramos manda al segundo palo como mejor sabe hacer, para dejar el partido prácticamente en el bolsillo sevillista. En su lógico arreón, pasada la hora de partido, Dmitrovic también se ganaría la ovación al parar abajo con el pie un disparo con todo a favor de Puertas.
Quique hizo su primer doble cambio y dio entrada a Rafa Mir y Manu Bueno para dar descanso a Ocampos y Suso. El canterano, poco después, se llevaría un buen susto al ver la roja en una acción en la que Busquets Ferrer consideró plantillazo, pero que el balear dejó en amarilla tras ser llamado al monitor. El nuevo técnico sevillista siguió repartiendo minutos con la entrada de Januzaj y Marcao -su estreno esta temporada-, cuando el Granada, ya con los brazos caídos, pedía más el pitido final que otra cosa. El Sevilla supo jugar los últimos minutos incluso para marcharse a casa con su portería vacía y logra romper una complicadísima dinámica de resultados en la penúltima cita de 2023. Este sábado, cierre en el Metropolitano ante un Atlético que se dejó dos puntos in extremis esta noche en su derbi ante el Getafe.