La temporada está empeñada en no otorgar más alegrías que las justas. El Sevilla FC ha dejado escapar en este Viernes Santo dos puntos de un valor incalculable cuando parecía que lo más difícil, que además era tremendamente complicado, estaba hecho. Tras quedarse en inferioridad a los 19 minutos tras otra expulsión discutible a Pape Gueye, la décima para el Sevilla en lo que va de ejercicio y la 107ª en 271 partidos ligueros, los de Mendilibar fueron prácticos, se adelantaron a balón parado con un cabezazo de En-Nesyri y supieron jugar ante un Celta que quería pero no podía. A nueve para la conclusión, un zambombazo lejano de Acuña parecía dar la tranquilidad, pero el gol de Miguel en el 90 desembocó en un alargue mal gestionado y en el empate, también de cabeza, de Paciencia. Para más inri, la roja directa a Acuña convierte a los de Nervión en el equipo con más expulsados junto al Elche -once- e impedirá también al argentino estar en Mestalla, como ocurre por acumulación de amarillas con Telles.
Ya avisó Mendilibar en la víspera de que el rival no tenía nada que ver con el Cádiz de hace una semana. El Celta es un equipo que busca más el protagonismo y la velocidad, por lo que era primordial no cometer errores ni generar espacios. Así se vio muy pronto, con un córner mal finalizado en área gallega y una rapidísima contra de Carles Pérez, que buscó el centro a Seferovic pero Dmitrovic cortó muy atento. Pape Gueye ya había visto una amarilla por soltar el brazo en una pugna con Tapia y poco después, recién pasado el cuarto de hora de juego, iba a recibir la segunda en la acción polémica del choque, al pisar el senegalés a Aspas de forma involuntaria antes de rebañarle el balón. Contratiempo e importante para los sevillistas, que pese a todo aguantaron el arreón inicial del Celta. La más clara fue en un nuevo centro de Pérez, casi alcanzada la media hora, que Aspas deja pasar y que Badé casi introduce en su portería en el forzado intento de despeje, aunque la acción, con ayuda de Gudelj, acaba en córner.
Contra las cuerdas por la inferioridad numérica, En-Nesyri y Acuña lograban una ventaja que parecía definitiva
Le costaba al Sevilla contactar arriba con En-Nesyri y sus opciones se basaban casi en exclusiva en internadas por la izquierda de Bryan Gil, que se las tenía que ver con la fornida zaga visitante. Pero en esas apareció el balón parado, ese que todo lo iguala, para dar un nuevo giro de guion al partido. Córner forzado con mucha fe por En-Nesyri que bota Suso y que cabecea el propio delantero marroquí a la red tras zafarse de toda posible marca rival. Quedaban dos para el descanso y Tapia respondió en el alargue con un remate a la media vuelta que salió cerca del poste, pero el Sevilla lograba la nada fácil misión de irse por delante al intermedio en unas circunstancias tan adversas. Mendilibar tampoco varió nada al descanso, más allá de reposicionar a Suso en la medular, mientras los minutos pasaban y el dominio estéril del Celta desesperaba a los visitantes.
Cuatro minutos negros en el añadido hicieron volar dos puntos clave de Nervión
Carvalhal puso toda la carne en el asador y dio entrada arriba a Larssen y al canterano Miguel, pero en una acción de mucha fe de Acuña, el argentino conseguía robar y pegarle desde su casa, un disparo pegado al poste ante el que Iván Villar solo pudo estirarse y lamentarse. Quedaban nueve minutos y el Sevilla ya no tenía más cambios, porque habían entrado Óliver primero, Montiel después, y un doble cambio final con Rafa Mir y Alex Telles. Pero cuando las temporadas vienen así, ni un 2-0 en el alargue es suficiente. En una buena acción de ataque viguesa, Aspas la pisa, Larssen la abre y Miguel, desde atrás, la pone al palo imposible para Dmitrovic. Sufrimiento de cuatro minutos y una contra en el tercero acaba con Paciencia colándola en la escuadra de cabeza. Incluso hubo tiempo para la roja directa a Acuña por una protesta y para la última del Celta, que pudo blocar Dmitrovic.
Punto que por el guion del partido pudo en su momento ser positivo, pero que deja un regusto muy agrio al equipo, que ya se veía enlazando la segunda victoria consecutiva y dando un paso adelante muy importante en la tabla. Ahora se queda con 32 puntos y duerme cinco por encima del descenso, aunque no será hasta el domingo cuando se sepan las consecuencias clasificatorias reales de este convulso encuentro. Ahora toca el más difícil todavía, ir a Old Trafford el jueves para abrir los cuartos de la Europa League antes de visitar a otro rival directo como el Valencia CF.