Sea lo que sea lo que haya en juego, el Sevilla siempre compite. Lo tenía muy difícil para optar a la tercera plaza y más aún disminuyeron las opciones con el gol de Koke en el Wanda, pero el equipo quería despedirse con otra alegría y derrotó con golazo de Reguilón a un Valencia que no pudo apurar sus mínima chance de repetir presencia continental la próxima campaña. Se acaba LaLiga con el cuarto puesto igualado al tercero, 70 puntos y nada menos que 24 porterías a cero. Un temporadón al que aún le queda la ilusionante Europa League.
El extremo calor era el primer escollo que se encontraron ambos equipos, que empezaron muy activos pero que poco a poco fueron perdiendo fuelle. El Valencia solo lo intentó desde fuera del área en la primera parte y el primer intento fue de Guedes, que probó desde lejos a Bono poco antes de sentir un pinchazo y de retirarse lesionado. Óliver Torres, con un tiro cruzado y raso, puso la réplica al cuarto de hora, obligando a Jaume a despejar con el pie. Los marcadores empezaban a sucederse y el Sevilla vio pronto que ni tan siquiera la victoria le valdría para optar al tercer puesto. Aunque eso no le impidió seguir llevando la manija.
La primera parte no dio demasiado pie a ver acciones en las áreas
Ya cumplido el ecuador del primer tiempo, Ocampos tuvo quizás la más clara de este periodo con un remate de tijera a pase de cuchara de Navas. Jaume puso el cuerpo junto al palo y consiguió mandar el balón a córner cuando el argentino ya cantaba su gol. El partido parecía perder intensidad por momentos, aunque los de Lopetegui seguían tocando para cruzar a campo contrario con relativa facilidad. Pese a ello, el que llegó al descanso más cerca de abrir el marcador fue el equipo valencianista. Fue gracias a una falta directa de Parejo, que lanzó al primer palo con un bote muy peligroso que obligó a Bono a despejar de forma poco ortodoxa pero efectiva.