Había que ganar. Lo de menos hoy era cómo y el Sevilla FC sacó adelante los tres fundamentales puntos que había en juego ante Osasuna. Ante un rival que nunca se fue del partido y que dio una vuelta de tuerca más a la exigida condición física sevillista, todo se decidió gracias a un penalti cometido sobre Ocampos que el extremo argentino logró convertir. Su compatriota Acuña y Jesús Navas tuvieron que dejar el terreno de juego por lesión y de su evolución en estas horas dependerá su concurso o no con sus selecciones. Tras el parón tocará seguir reconduciendo la situación en LaLiga.
A diferencia de lo visto el pasado miércoles ante el Krasnodar, aunque el Sevilla también salió bastante enérgico y mirando a la meta de Herrera, los rojillos respondieron igualando esas fuerzas y planteando un partido muy parejo en sus inicios. En los de Lopetegui se pudo ver un juego más directo, con los laterales, además de Jordán y Óliver, buscando continuamente los espacios para encontrar a los tres de arriba. De hecho, tanto Ocampos como En-Nesyri y Carlos Fernández fueron rotando en sus posiciones, viéndose al argentino pasar por ambas bandas y al marroquí y al canterano turnándose como referencia ofensiva. El En-Nesyri el primero que probó suerte, con un disparo desviado a pase de Carlos en un claro ejemplo de esa estrategia, gracias a un balón en profundidad de Óliver.
El lesionado Acuña tuvo que dejar su sitio a Escudero en la primera parte
El Sevilla tenía más el balón pero Osasuna no era un simple espectador y de hecho tuvo las dos más claras de la primera parte. La que más se acercó al gol fue un cabezazo de Budimir a pase de Jony que se fue lamiendo la base del poste. Después sería el propio Jony, que se llenó de balón desde la frontal. Disparos lejanos de Óliver y Acuña supusieron la mayor amenaza sevillista en un primer periodo con dos cambios. Tanto el visitante Torró como el local Acuña tuvieron que dejar su sitio sobre el césped, siendo el sustituto natural en la izquierda, Sergio Escudero, el elegido por Lopetegui. En los últimos compases se vio a un Sevilla mucho más voluntarioso, pero sin espacios en el área rival.