Seguramente nadie esperaba aquello cuando Unai Emery cogió el micrófono en la fiesta por la consecución de la Europa League y se dirigió el sevillismo. Hasta se momento las intervenciones habían sido sencillas. Pero Unai, aprovechando que estaba rodeado de aficionados, quiso aprovechar la ocasión para realizar una profunda reflexión que dice mucho de su sobresaliente capacidad como técnico motivador.
Más que una charla, en realidad, su alocución se pareció más a una lección magistral. “Me gustaría haceros ver que el camino no es fácil, ha sido una temporada muy bonita, pero con muchas dificultades que este equipo ha sabido sortear, momentos que todos sentíamos, pero los sentimientos todos queremos que sean positivos y no siempre lo son. Llegamos a ser últimos al principio, y ahí se empieza a hacer equipo, cuando éramos capaces de leer algunos titulares como que la afición estaba cogiendo asco de la temporada. Era un sentimiento, pero dolía, era un sentimiento general que dolía… Pero fuimos capaces de trabajar con perseverancia y en la dificultad hacernos fuertes. Hoy somos felices, hemos hecho felices a todos los sevillistas”, comenzó diciendo.