El ilusionante objetivo es culminar LaLiga con brillantez. El 72º Valencia CF-Sevilla FC -clásico donde los haya- llega por casualidades del fútbol en un domingo de resurrección con dos equipos que renacen de dos rachas negativas: los de Sampaoli -tras un mes aciago y una reparadora victoria con 4 goles- y los de Voro después de una larga trayectoria que incluso llegaron a ver de reojo el abismo. Ambos conjuntos miran al futuro, con el reto nervionense de poner un gran broche a una magnífica temporada. Serán siete finales, con tres salidas difíciles, la primera de ellas a Mestalla, donde hay motivación extra para ganar a los sevillistas, algo que es un acicate y que demuestra que el Sevilla no es un rival cualquiera. El cuadro che -tras su debacle en casa hace dos meses ante el sorprendente Eibar (0-4)- ha encadenado junto al Turia cinco victorias, entre ellas frente a Athletic Club, Madrid o Celta, además de un empate. Quiere decir que ha recobrado el pulso y volverá a ser un rival complicado.
Es mucho lo que se juega todavía para culminar una gran temporada ante un rival siempre difícil en casa
La cita en el feudo valencianista -de buenos recuerdos europeos- reúne todos los alicientes para afrontar el choques entre dos viejos conocidos ligueros en disputas anteriores. El balance sevillista en terreno che en las últimas visitas no es favorable; de ocho partidos, perdió seis (entre ellos los cuatro más recientes), teniendo el espejo evocador de 2 victorias seguidas en 2011 (0-1, con gol de Rakitic) y en 2012 (1-2, con tantos de Medel y Navas). Se une a ello los tres triunfos seguidos del Valencia en LaLiga, que confirma su renacer (Dépor 3-0 y Celta 3-2 en casa y Granada 1-3 hace una semana). El mayor acicate sevillista -que ya no tiene su oponente de este domingo- es pelear el importante puesto del pódium liguero con la ilusionante meta europea, así como retomar fuera de casa la mejor versión del equipo. Es mucho lo que todavía queda por vivir y más aun lo que el Sevilla se está jugando en estas siete citas.