La expedición del Sevilla FC tomó tierra en el aeropuerto de Ataturk, el situado en la zona europea de Turquía, antes de las 13.00 horas locales -una más que en España- tras un plácido vuelo que no llegó a las cuatro horas. Tiempo inestable, grados por encima de 20, nubes y humedad como para que el clima se sienta pegajoso e incluso amenaza de tormenta, tanto para hoy como para mañana, esperan al Sevilla FC. La principal anécdota a la llegada fue advertir que Michael Krohn-Dehli había tomado el vuelo con el pasaporte caducado, aunque las gestiones realizadas permitieron que el danés accediera al país sin problemas.
El equipo tiene preparado el cuartel general lejos del centro histórico de la gigantesca Estambul, una ciudad que se extiende sobre dos continentes con el estrecho del Bósforo como arteria entre ambos mundos y con el cuerno de oro como apéndice de la antigua Costantinopla. El Sevilla está en la zona europea y a mitad de camino entre el aeropuerto y el moderno Basaksehir Arena o Fatih Terim Stadium, por lo que no pisará las tierras de lo que fue Bizancio.
Su lucha es además contra un joven equipo, nacido de la empresa de Aguas de Estambul no hace ni 30 años y convertido en el equipo de Erdogan, el poderoso presidente de la República de Turquía. Un buen puñado de medios sevillanos se desplaza por fin con el equipo después de una pretemporada en que sólo los medios del club dieron fe de las andanzas del equipo de Nervión. Y es que la Champions League tiene tirón aunque sea ésta la primera eliminatoria oficial de la competición.
Un buen puñado de medios sevillanos se ha desplazado con la expedición