60 años, una vida de sevillismo en un barrio señero para la Peña Sevillista Macarena. Fundada en sus inicios por un grupo, quizás, de locos fervientes sevillistas, que se reunían en una época en la que agruparse precisamente estaba mirado con lupa… pero el fútbol, los sentimientos que genera, su pasión inherente, siempre ha roto barreras. Por ello, en 1958, movidos por el amor al Sevilla FC, estos macarenos quisieron dar un paso más y constituirse en peña, para ser, hoy día, una de las decanas en clave sevillista. Desde Resolana a la calle Feria, pasando por Muro y por el Real de la Feria. Se junten donde se junten, en los buenos y en los malos momentos, su sevillismo ha sido a lo largo del tiempo, de generación en generación, de altos kilates.
Nacer el mismo año que se inaugura el Ramón Sánchez Pizjuán no puede ser una simple casualidad. Debe considerarse una señal de prosperidad y fortaleza emotiva, ya que luego los resultados han sido más volátiles, no así el sentimiento. Uno de los primeros pasos de esta peña fue, de hecho, reunir fondos para poder concluir la casa de todos los sevillistas, en unos años de dificultades económicas. En 2018, seis décadas después, muchos motivos hay para celebrar, sin duda. La Casa de las Sirenas, casa-palacio del siglo XIX de la vecina Alameda de Hércules, fue el marco ideal, señorial, para tan magna efemérides. Allí se congregaron más de cien personas para ser parte de un acto que pasará al recuerdo por saber aunar pasado, presente y futuro de los tres ejes transversales que los cohesionan: una excelente familia -peña-, un sentimiento -sevillista- y un barrio -Macarena-. Peña Sevillista Macarena.
El acto dio comienzo con un coro de niños y niñas entonando el himno del Sevilla FC