Quique Sánchez Flores lamentaba el cambio de guion del partido en el que su equipo solo pudo sumar un punto en casa ante Osasuna: "Empezamos bien, en el primer tiempo estuvimos mejor que el rival y el gol nos dio tranquilidad y confianza para esconder errores que llevamos dentro. Metimos a la afición en el partido también, pero nos despistamos en el balón parado, en una acción que no tiene redención posible. Yo entiendo que te pueden ganar una acción, pero perder la marca me parece muy grave. Se estudia con mucho análisis y los analistas están muchas horas para darle a los jugadores las situaciones muy masticadas. No estamos para regalar nada y en el momento en que regalas algo así, se te cae todo. El segundo tiempo ha sido muy sufrido, con la expulsión peor, ante un equipo que sabe a lo que juega y está bien plantado. Ha sido difícil".
A pesar de todo, el equipo supo conservar el punto cuando más difícil parecía: "Sufrir es lo mínimo que se nos puede pedir. El sufrimiento forma parte del juego y si estás bien, al correr y al jugar no se le llama sufrir, ni siquiera trabajar. Es un divertimento para el futbolista. Si haces las cosas muy mal durante un tiempo muy largo, al final esto se convierte en un trabajo y en un sufrimiento, pero ahora mismo lo que transmitimos hacia arriba cuando no estamos bien, es puro sufrimiento. Dentro de ese sufrimiento, hasta que no cambiemos del todo, no vamos a pasar esta pantalla".
Ahora habrá más de una semana para preparar la siguiente cita, en Vallecas: "Vendrá bien, pero este es un partido en el que se suma pero teníamos tres. Durante mucho tiempo en el partido, hemos tenido tres puntos y hemos jugado para ello. Al final, todo se ha convertido en algo más caótico. La forma en la que hemos encajado, la expulsión... Habíamos cambiado el sistema a un 4-4-2 y estábamos esperanzados en ir a mejor, pero la expulsión nos ha vuelto a llevar a otra pantalla realmente peligrosa".