Roque Mesa fue el protagonista en la noche de jueves en A Balón Parado. Al jugador canario le cambió la vida tras la llegada de Joaquín Caparrós al banquillo: “El fútbol es lo que tiene, viene un entrenador nuevo y desde el primer día notas algo diferente, sientes la confianza hacia tu persona, son pequeños detalles, pero eso se nota. Cuando llegó en el primer entrenamiento fue la presentación, y ya noté la cercanía. Ya al día siguiente se acercó y hablamos de Valerón. Son pequeños detalles que te hacen notar la confianza y el cariño, antes eso no lo había, con él llegó la alegría. Estoy contento de que Caparrós vaya a tener un papel importante”.
Roque Mesa vio con el técnico utrerano la luz al final del túnel tras una etapa difícil: “Ha sido duro desde que llegué, uno no jugaba, pasaban los días, pasaban los meses, se pasa mal. Me lo comía, yo mismo analizaba todo y buscaba mis propias explicaciones, a veces las encontraba, y otras veces no, yo seguía trabajando, me cuidaba al máximo, la alimentación, a nivel físico…Siempre soy de los que pienso que al final el trabajo tiene su recompensa. Llegó el míster y me dio la oportunidad, yo estaba preparado para cuando llegara el momento, llegó tarde, pero llegó”.
Además, para el canario fue fundamental sentir el apoyo de la afición en todo momento: “Salía a la calle y la gente me quería, aunque no estuviera jugando. Cuando venía al estadio sentía un calor de la afición increíble, me decían que no me fuera, que iba a ser importante y eso te anima y te llega”.
“Aunque no jugara, siempre sentí el apoyo de la afición”
Asimismo, recordó cómo fue su vuelta a la titularidad en el primer partido de Caparrós en el banquillo -en su segunda etapa-: “El partido ante la Real Sociedad fue especial, algo parecido a un debut. En el calentamiento ya tienes esos nervios de intentar hacerlo bien. Antes de salir, me dijo que no tenía que demostrarle nada, ni a él ni a nadie, que ya sabían lo bueno que era. Me quitó un peso de encima”.