SEXTO ANIVERSARIO DE LA VICTORIA EN VARSOVIA ANTE EL DNIPRO, LA CUARTA UEFA EUROPA LEAGUE

Hoy, 27 de mayo de 2021, hace seis años que José Antonio Reyes se inventó, quizás, el pase de su carrera para encarrilar otra noche de leyenda. Este, sin duda, podría ser el comienzo de cualquier crónica de aquella noche en Varsovia, en el Estadio Nacional, donde el Sevilla FC conquistó su cuarta UEFA Europa League, la que justo un curso después de Turín y uno antes de Basilea lo convertía en el club con más títulos de esta competición en sus vitrinas, algo que continuaría implementando ante el Liverpool en tierras suizas y frente al Inter en Colonia.

Tras dejar a la Fiorentina por el camino en semifinales en una eliminatoria soberbia por parte de los blanquirrojos que arrancaron en el Sánchez-Pizjuán, y antes a Zenit en cuartos, Villarreal en octavos y Borussia Monchengladbach en dieciseisavos, el Sevilla FC se plantaba en Polonia para jugar, y ganar, una nueva final europea. Allí, en la capital de su país, fue Krychowiak quien devolvía la alegría a la grada de Nervión después del gol inicial de Kalinic para el Dnipro, rival hispalense.

Carlos Bacca anotó el primero de sus dos goles tras una joya de asistencia de José Antonio Reyes

Y entonces llegaría la magia. Aunque después Rotan devolviese la igualada de falta directa, el tercero de Bacca -o de cualquier otro futbolista que hubiese sido- ya estaba en la mente de todos los aficionados que acabaría por entrar. Nada, absolutamente nada, podría empañar la asistencia que, desde prácticamente el centro del campo y dejando atrás a cinco rivales en el discurrir de la pelota, se sacó José Antonio Reyes de su chistera para dejar al colombiano mano a mano con Boyko y adelantar a los de rojo en el luminoso. El Pase, con mayúsculas. Cualquier sevillista sabrá de lo que se habla si se pronuncian esas dos palabras en historia blanquirroja. 

La levantó, como no podía ser de otra forma, el capitán, José Antonio, y Sevilla, con una parte en Varsovia, se volvía a teñir de blanco y de rojo por Europa, justamente con los colores de la bandera del país que lo vio conquistar, como en 2006 y en 2007, su segunda UEFA Europa League de forma consecutiva.