Ilusionante final de curso. Esta vez no serán eliminatorias, pero el sevillismo ansía revivir días sugestivos -esta vez en LaLiga- para repetir un cierre de campaña al estilo de los últimos y exitosos años. Diez jornadas esperan -seis de ellas en Nervión- para redondear otro ciclo que bien merece el esfuerzo y el compromiso. El reto requiere ganar este domingo 2 de abril, tras la última victoria lograda el jueves 2 de marzo ante el Athletic (1-0). Si entonces supuso un impasse a la baja, la cita ante los asturianos debe ser la palanca que le catapulte hacia su mejor versión. En este Sevilla FC-Sporting de Gijón, los nervionenses esperan encadenar la 9ª victoria consecutiva ante los astures en el Sánchez Pizjuán, rival que -debido a sus dos recientes etapas en Segunda- no gana desde hace 24 años. De hecho, en toda la historia de Primera -37 citas en Nervión- sólo ganaron cuatro veces, con 27 plenos sevillistas y 6 empates.
La importante cita obliga a tener hambre de victoria y más raza de la que va a poner un Sporting que huye del abismo
Además de talento, el duelo exige hambre. Esta importante cita matinal ofrece un gran contraste de necesidades. El Sevilla (3º en la tabla) pelea por mantener su estatus, mientras el Sporting (3º por la cola) apura sus últimas opciones de evitar el abismo con todas sus fuerzas. Ambos van a ponerlo todo en la pelea. Y si -sobre el papel- la superioridad local es evidente, durante los 95 minutos de juego hay que ser mejores que el contrario en hambre y raza, ganar los duelos individuales y mirar al marco rival con uno de los aspectos más atractivos del fútbol, la velocidad de ejecución. Ante similar actitud, el mejor debe ser el equipo de Sampaoli que, aun con bajas significativas, ha de imponer sus argumentos futbolísticos y no dar opción de recuperación a un adversario que viene de una victoria clave y dos partidos sin perder.