Campos de juego de la historia
Tras 30 años, el viejo Nervión comenzaba a quedarse pequeño y antiguo. Las nuevas exigencias del fútbol requerían comodidades y capacidades que el vetusto campo no podía satisfacer. Es por ello que el día 7 de septiembre de 1958 queda inaugurado el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, en un partido contra el Real Jaén que concluye con empate a tres goles. El nuevo estadio se encontraba junto a los terrenos del anterior.
La idea de la construcción del nuevo estadio se plantea en noviembre de 1937, momento en que Ramón Sánchez-Pizjuán negocia con Pablo Armero la compra en propiedad del estadio de Nervión y un solar anexo de 42.000 metros cuadrados, donde se construiría el coliseo nervionense.
El proyecto de este nuevo estadio data del año 1954. En enero de ese año, el Sevilla FC convoca un concurso de ideas para el proyecto de la construcción de un nuevo campo con una capacidad no inferior a 50.000 espectadores.
El concurso lo gana el arquitecto Manuel Muñoz Monasterio, que había construido años antes el Santiago Bernabéu y Mestalla, y que estaba a punto de comenzar la construcción del Ramón de Carranza de Cádiz. De esta forma, el arquitecto madrileño obtiene el premio de 50.000 pesetas, cantidad con las que estaba dotado el bosquejo ganador, recibiendo también el encargo del proyecto definitivo.
El proyecto aprobado consistía en un estadio con capacidad para 70.329 espectadores, 20.329 sentados y 50.000 de pie, repartidos estos entre ambos goles y la grada alta de Fondo.
El fallecimiento repentino del presidente Sánchez-Pizjuán, el 28 de octubre de 1956, le impide ver realizado el sueño de su vida, pero los presidentes que le suceden, en especial Ramón de Carranza y Gómez-Pablos, Marqués de Soto Hermoso, que promete sobre el cadáver de Sánchez-Pizjuán que su sueño sería una realidad, se encargarían de la definitiva construcción del estadio. El día 2 de diciembre del mismo año, 36 días después del fallecimiento del insigne presidente, se coloca la primera piedra del nuevo recinto. La construcción del mismo se realizó en un tiempo récord de 22 meses y 6 días. El Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán se inaugura y abre al público sin la parte alta de los goles y con la tribuna alta de preferencia a medio terminar. A lo largo de aquella misma temporada se culmina la zona de preferencia. Los goles tienen que esperar hasta 1975. En el mes de septiembre de 1959, se juega un partido amistoso contra el Bayern de Múnich, evento que sirve para inaugurar la iluminación artificial. La primera iluminación eléctrica está compuesta de cuatro torres instaladas en las esquinas del estadio, el montaje se le encarga a la empresa Abengoa y tiene una potencia de 250 LUX, lo que suponía casi el doble de la iluminación que tenían los mejores estadios de Europa en aquel momento.
La obra la iba a realizar en un primer momento la empresa Agromán, pero finalmente se aceptó la propuesta de la empresa catalana Ingar, que había llevado a cabo la construcción del Camp Nou del FC Barcelona y que ofrecía la obra más barata y en mejores condiciones de pago. Para sufragar el coste de la obra, calculado en 50 millones de pesetas, se constituyen 100.000 obligaciones al precio de 500 pesetas. Las subscripciones se emiten a partes iguales entre el Banco Español de Crédito y la Caja Provincial de Sevilla.
Entre los últimos meses de 1974 y los primeros de 1975 se realizó el cierre definitivo. El coste del cerramiento se eleva a 78 millones de pesetas. Para el pago de esta cantidad se venden numerosas entradas de la fila 0 y entradas simbólicas de 50 y 100 pesetas. El apoyo financiero de Gabriel Rojas fue vital para la culminación de esta obra. El 7 de septiembre de 1975, se inaugura la grada alta de Gol Sur, en partido contra Las Palmas, mientras el 26 de octubre de 1975, se inaugura la grada alta de Gol Norte, en partido contra el Valencia CF.
En 1982, por disposiciones legales, su capacidad se reduce a 66.000 espectadores, remodelándose gran parte del estadio para acoger una semifinal del Campeonato del Mundo de 1982, concretamente el partido Francia-Alemania. Se retiran las vallas instaladas en los años setenta y se construye un foso alrededor del campo. Se instala la visera en la grada de Preferencia y el artista Santiago del Campo construye un majestuoso mosaico monumental que se instala en la fachada de preferencia. El coste de estas obras se eleva a 400 millones de pesetas.
En 1986, el 21 de abril, se disputa la final de la Copa de Europa entre el FC Barcelona y el conjunto rumano del Steaua de Bucarest.
En 1996, la UEFA decreta que todos los estadios deben tener todas sus localidades de asiento. De esta forma, la capacidad del Ramón Sánchez-Pizjuán se reduce considerablemente hasta quedarse en 42.714.
En 2015 se inicia una nueva obra de remodelación integral. Entre otras intervenciones, se cuentan las siguientes: sustitución del color de los asientos, pasando éstos a ser rojos en su mayoría; recubrimiento de la fachada exterior con una piel metálica con iluminación LED; renovación de todos los ambigús y aseos; instalación de dos nuevos videomarcadores; remplazamiento de las vallas de separación entre gradas por vidrios, etc. En la actualidad continúan las tareas de remozado.
En 2022, el 18 de mayo, el estadio acoge la final de la UEFA Europa League disputada entre el Glasgow Rangers FC y el Eintracht Fráncfort. De esta forma, el Ramón Sánchez-Pizjuán se convertía en uno de los seis únicos grandes estadios europeos que ha logrado acoger la final a partido único de las dos principales competiciones de clubes organizadas por la UEFA.
Por último, es necesario añadir que en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán la selección española no ha perdido ningún partido, desde el primero jugado en 1961 hasta el último disputado en 2015. En total han sido 25 encuentros, con un balance de 20 victorias y 5 empates, habiendo sido designado formalmente como el Jugador Número 12 por parte de la RFEF.
En 1928 bajo la presidencia de Juan Domínguez Orborne, Barón de Gracia Real, se alquila a Pablo Armero, marqués de Nervión, una parcela de 14.300 metros cuadrados perteneciente a la inmobiliaria Nervión donde se construiría el estadio de Nervión. Para pagar el alquiler del terreno y la construcción del campo se habían emitido una determinada cantidad de obligaciones al precio de cinco pesetas. Las obligaciones tuvieron como fecha de expedición el 15 de julio de 1928. El vencimiento para el sorteo anual de 2.000 bonos el 31 de julio de 1929 y siguientes años hasta completar diez. Durante la temporada los tenedores de estas acciones podían cambiarlas por entradas de preferencia, aunque perdían los intereses que se habían establecidos en un 5% anual.
El alquiler de dicha parcela fue realmente costoso y mucho más costoso resultó ser la construcción del propio estadio. En un acta de junta directiva de fecha marzo de 1928, se lee que hay un ofrecimiento por parte del marqués de Nervión de una parcela a unos 600 metros del Puente de San Bernardo, que lo ofrecía en las siguientes condiciones: alquiler anual de 5.000 pesetas y construcción del campo (vallado y gradas) por valor de 100.000 pesetas a pagar en el plazo de diez años.
Lo cierto es que no se vendieron muchas obligaciones y el presidente tuvo que adelantar una gran cantidad para llevar a cabo aquella gran obra, dinero, que el presidente reintegraba en cómodos plazos que cobraba tras jugarse los partidos. Unas veces recibía 2.000 pesetas y otras 3.500, y así hasta llegar al total del dinero adelantado. El directivo encargado de la tesorería apartaba los gastos habituales de la programación del partido y el sobrante lo repartía en dos partes, una para pagar a los jugadores y entrenador y otra para ir acortando la deuda contraída con el Barón de Gracia Real.
En ese terreno se construye el estadio de Nervión que se inaugura el día 7 de octubre de 1928 en un partido contra el Real Betis Balompié.
Su aforo era en un principio de 12.000 localidades. Posteriormente pasó a tener 20.000 localidades y en circunstancias especiales como los partidos de la Copa de Europa o partidos contra rivales de enjundia se llegaban hasta las 27.000 localidades.
Una fecha fundamental de este estadio es la del 29 de abril de 1938, cuando siendo presidente del Sevilla D. Ramón Sánchez-Pizjuán se firman las escrituras de compra de los terrenos que ocupaba el estadio. El Sevilla adquiere no solo el solar donde está ubicado el Estadio de Nervión, si no 42.000 metros cuadrados más en los aledaños de cara a la construcción de un nuevo campo y la realización de otras instalaciones para la práctica de otros deportes. Junto al terreno de juego principal se construyó además de la caseta-vestuario y el ambigú, un campo de entrenamiento (también conocido como campo del Subcomité), dos pistas de tenis y un frontón. Los 14.300 metros cuadrados que ocuparon el estadio de Nervión se compraron al precio de siete pesetas el metro cuadrado, los 42.000 adyacentes al precio de 9 pesetas el metro cuadrado.
El montante de la compra ascendió a la cantidad de 429.000 pesetas. Para afrontar dicha compra se vuelven a emitir nuevas obligaciones al precio de 500 pesetas.
El estadio de Nervión siempre será recordado por los grandes éxitos que allí logró el Sevilla FC. Un Campeonato de Liga y tres campeonatos de Copa de España, aparte de seis Copas de Andalucía y la primera participación del Sevilla en la Copa de Europa, hoy Liga de Campeones.
En el estadio de Nervión también se llegó a jugar un encuentro de la selección española, el día 15 de marzo de 1942, con el resultado de España 4-0 Francia.
En 1918, debido a las obras de reurbanización que el Ayuntamiento de Sevilla debía realizar en el Prado de San Sebastián con motivo de la futura Exposición Iberoamericana, tanto el club sevillista como el resto de los clubes hispalenses debieron abandonar sus terrenos de juego sitos en aquel lugar.
El Sevilla FC se vio obligado a buscar nuevo emplazamiento, para lo cual se creó una comisión formada por varios miembros de la junta directiva, que visitaron al alcalde de la ciudad con la pretensión de que se cediese al club decano hispalense un terreno de titularidad municipal, resultando infructuosas las gestiones. Tras esto se barajaron distintos lugares, entre ellos unos terrenos en Nervión, justo donde se halla el antiguo Matadero y hoy es Delegación de Educación de la Junta de Andalucía, aunque finalmente se optó por un gran solar en la avenida de la Reina Victoria, actual avenida de La Palmera.
El llamado “campo de Sport del Sevilla FC de la avenida de la Reina Victoria” se inaugura el 21 de octubre de 1918. Se construyó tras el acuerdo obtenido entre el presidente Paco Alba -y la comisión antes comentada- y la marquesa de Esquivel, María del Pilar de Carvajal Hurtado de Mendoza, para arrendar parte de unos terrenos que tenía en la finca llamada Casablanca, situada al pié del paseo de la Palmera. El hijo de la marquesa, que era un gran aficionado al fútbol y muy sevillista, logró convencer a su madre para que el alquiler no resultara demasiado gravoso, fijándose una cantidad anual de 2.000 pesetas. Por segunda vez en su historia el club sevillista construye su estadio con fondos propios. Para la financiación del campo el club pone a la venta 100 obligaciones, al precio de 100 pesetas cada una a devolver en cinco años.
Los costes de la construcción del campo se distribuyeron entre distintas partidas. 1.350 pesetas del vallado (desmontaje de la valla del anterior campo del Mercantil y su posterior montaje en la nueva ubicación) y allanamiento del terreno de juego, obra realizada por Manuel Domínguez. Por otra parte el carpintero José Grosso Barba rodeó el terreno de juego con bancos de madera y construyó una pequeña tribuna de 10 metros de longitud, así como cuatro gradas para colocar sillas al precio de 6,75 pesetas el metro cuadrado.
Por último se realizó una caseta por valor de 3.000 pesetas diseñada y ejecutada por el arquitecto Pablo Gutiérrez.
La caseta sirvió como vestuario y como casa para el guarda del campo, en un primer momento fue ocupada por Eduardo Santizo, padre del jugador del mismo nombre, y posteriormente por Manuel Pérez, El terrible, exjugador del Club y primero de la saga de los Pérez, tan vinculada al Sevilla FC hasta nuestros días. Pero la caseta no solo fue la casa del guarda y vestuario, sino que parte de ella también fue usada como habitáculo para el servicio médico del club, algo novedoso en aquella época y de la que se hizo cargo el doctor Puelles de los Santos. Los vestuarios alojaron por primera vez en la historia de los estadios sevillanos una ducha.
“…El campo ha sufrido este año buenas reformas. Pérez se ha quedado definitivamente de guarda y vivirá en el ambigú nuevo que se ha construido de material, a cuya espalda se ha hecho una habitación para que viva con su mujer e hijos.
La habitación que tenía antes será destinada a enfermería y se instalarán los mismos aparatos de masajes. El médico es D. José Puelles de los Santos. Los jugadores del primer equipo tienen su habitación con 15 perchas para sus equipos y su ducha y lavabo (...) La otra habitación está destinada a la directiva…” (Carta del secretario sevillista Manuel Zapata al jugador Ismael Rubio).
El campo estaba dotado de todos los elementos necesarios para la buena práctica del fútbol. Contaba con gradas en los cuatro lados del recinto, y estaba totalmente cerrado.
La inauguración se realizó con un enfrentamiento entre el Sevilla FC y el Unión Sporting Club de Madrid. La primera temporada se establecieron los siguientes precios para el público: Tribuna: 1ª fila 10 pesetas, 2ª fila 9 pesetas, 3ª fila 8 pesetas, Fila de bancos a 5 pesetas. La cuota de socios pasó de 2 a 3 pesetas mensuales.
En 1924 el presidente Manuel Blasco Garzón realizó otra reforma colocando dos nuevas tribunas laterales con nuevos terraplenes de acceso y consiguiendo un aforo de más de doce mil localidades.
Este estadio alcanzó gran fama, porque en él demostró el Sevilla FC su supremacía en el fútbol andaluz, alcanzando hasta nueve Campeonatos de Andalucía. En él se jugó el primer partido de la Selección Española en Andalucía, celebrado el 16 de diciembre de 1923, ante Portugal, ganando España por 3-0 , produciéndose también el debut internacional de los dos primeros jugadores sevillistas: Spencer y Herminio. El 10 de mayo de 1925 acogió la final del Campeonato de España entre el FC Barcelona y el Arenas de Guecho.
En 1926 expiraba el periodo de arrendamiento logrando alcanzarse una moratoria de dos años más. Durante este tiempo el Sevilla FC tuvo hasta tres frentes abiertos para la consecución de un nuevo campo. Uno de ellos fue en la zona del proyectado barrio de Los Remedios, no llevándose a cabo por la negativa del Comité de la Exposición Iberoamericana de aportar las subvenciones necesarias a la constructora de los Sres. Goizueta. Esto debido a que el citado comité pretendía construir el Stadium -como así fue- en el sector sur de la ciudad. También se negoció la adquisición de unos terrenos que eran propiedad de Genaro Parladé frente al propio campo de la avenida Reina Victoria, no fructificando al no alcanzarse un acuerdo económico. Por último, se estudió el ofrecimiento realizado por el propio Comité de la Exposición para que el Sevilla se hiciese cargo de la explotación del citado Stadium tras la Muestra Iberoamericana. Las conversaciones en este último caso se mantuvieron hasta meses antes de la decisión de trasladarse a Nervión en 1928.
A finales del siglo XIX, las relaciones entre el Círculo Mercantil y el Sevilla FC tendrían una importancia capital. Los componentes del Mercantil, con su presidente Montes Sierra a la cabeza, representaron un bastión importante en la corriente regeneracionista que llega como una bocanada de aire fresco desde Europa.
El Sevilla FC comulga plenamente con estos ideales y muchos de sus componentes son socios del Círculo. Edward Johnston, Hugo Maccoll, Isaias White y un largo etcétera, incluyendo a José Luis Gallegos, mantienen unas excelentes relaciones con Montes Sierra, llegando a tener especialmente una gran amistad José Luis Gallegos quien llegó a ser responsable de la Sección de Festejos y Biblioteca del Mercantil. Dicha colaboración daría como resultado el desarrollo del deporte en ambas instituciones y el fomento del mismo entre los habitantes de la ciudad.
La secretaría del Sevilla FC se instala en las dependencias del Mercantil, y una caseta de feria que poseían en el Prado de San Sebastián sirvió como improvisado vestuario del antiguo campo. Sería uno de los socios del propio Círculo Mercantil, el catalán José María Miró Trepats, a la sazón presidente sevillista, quien con gran experiencia en la dirección de clubes deportivos en Cataluña, iniciase las gestiones con el Ayuntamiento para la cesión, tras los correspondientes pagos anuales de tributos y tasas municipales, de los terrenos traseros colindantes a la caseta de feria permanente que el Círculo Mercantil poseía en el Prado de San Sebastián.
Todo esto ocurría en las postrimerías del año 1912, y el 1 de enero de 1913 se consiguió inaugurar el que siempre se recordará como campo sevillista del Mercantil.
En un principio el campo era abierto y la entrada libre. Se preparó una tribuna metálica como prolongación de la caseta de feria y que servía de soporte para la cubierta que daba protección a los socios. Alrededor del campo se instaló una alambrada desmontable sujeta por postes de fundición de la empresa Balbontín.
Para la inauguración se preparó un decorado de guirnaldas y banderitas y desde muy temprano la banda municipal amenizó el evento. El partido inaugural lo disputaron dos equipos del Sevilla FC –el llamado equipo rojo aunque en realidad vistieron con camiseta a rayas rojas y blancas, frente al equipo blanco- terminando el encuentro con empate a un tanto. El presidente Miró Trepats dio un emotivo discurso en la cena posterior a su inauguración del que conviene recordar estas hermosas palabras:
“Vosotros representáis la alegría, la salud, la fuerza y la robustez; en las reuniones que celebramos no se habla de política, en el seno de nuestra sociedad de sport caben por igual el pobre y el rico, hasta nuestra afición es reflejo de nuestra Sociedad de sport, pues en nuestro campo se codean personas de todas las clases sociales y se os debe enaltecer, porque tenéis como norma la disciplina, por ideal la victoria, la fortaleza es nuestra aspiración y la admiración de los demás nuestro premio”.
El campo era en ese momento el único de la ciudad que tenía las medidas reglamentarias y que reunía las condiciones apropiadas para celebrar partidos importantes. Al mismo tiempo se alquilaban las sillas colocadas alrededor del campo dando lugar a los primeros ingresos por taquillas.
El 16 de octubre de 1916, y tras conseguir reunir entre los socios del club una importante suma de dinero, se circunda el campo con una valla de 2.5 m de altura que se pinta de rojo, de ahí su otro apelativo: el campo de las tablas rojas. Las tablas estaban numeradas para facilitar el desmontaje y posterior montaje cuando se precisaba dejar libre los terrenos durante la Feria de Abril. El Campo del Mercantil se mantuvo hasta el verano de 1918, siendo testigo de grandes triunfos sevillistas en la Copa de Sevilla y los campeonatos de Andalucía y de España, así como de los inicios de la que después se llamaría como Escuela Sevillista.
Sobre 1910 y tras varios enclaves junto a las tapias del parque de María Luisa se optó por un nuevo emplazamiento: frente al cuartel de Ingenieros, en parte del terreno de lo que ocuparía posteriormente la Plaza de España.
El club trasladó entonces sus instalaciones deportivas, que consistían en los palos de las porterías y el balón que se guardaba en un quiosco próximo y que también hacía las veces de vestuario.
En una asamblea del Sevilla FC en 1909, bajo la presidencia de José Luis Gallegos, se adoptó, entre otros, el siguiente acuerdo:
“Se acuerda que una comisión visite al Gobernador Civil para rogarle que adopte las medidas que estime pertinentes al objeto de que ni los jugadores ni el público sufran las molestias que les proporcionan una partida de zulús estacionada en las inmediaciones del campo de juego durante la celebración de los partidos…”
El campo no estaba cerrado y el rectángulo de juego era formado por postes de madera y cuerdas.