Juan Arza Íñigo nace en Estella (Navarra) el 18 de junio de 1923. Quinto hijo de seis que tendrían Vicente Arza, de profesión taxista, y Estanislá Íñigo, ama de casa. Un chaval inquieto que disfruta dando carreras con los amigos. Su relación con el fútbol comienza en La Bomba, equipo de aficionados, luego pasa al Acción Católica y más tarde al CD Izarra. Con 16 años ya asombraba a propios y extraños con su excepcional manejo del balón y una velocidad endiablada. El RCD Espanyol, se interesa por él y se lo lleva a probar a Barcelona. Rápidamente convence a sus técnicos que dan luz verde al fichaje. Estar en la ciudad condal le sirve para ver que es pronto para estar lejos de su familia, y decide volver ante el asombro de sus paisanos.
Le llega una oferta del Deportivo Alavés, que acepta con la condición de regresar a su pueblo después de entrenar. En el club albiazul continúa su imparable progresión, lo que hace que el Athletic ponga sus ojos en él. Un equipo atractivo, pero el pequeño Arza no confía en poder jugar teniendo la competencia de Zarra, Panizo, Iriondo, Venancio y Gainza. Con el fichaje cerrado aparece el CD Málaga, donde tendría más opciones de ser titular y decide marcharse.
Juega sólo una temporada, la 42/43, en la que los malagueños descendieron de Segunda a Tercera, pero Juan sigue ofreciendo fútbol de muchos quilates. Ello obliga al Málaga a desprenderse de sus jugadores cotizados. El interés del Espanyol continúa, pero además otros grandes clubes, entre ellos el Real Madrid, se unen a la puja. El Sevilla FC, presidido por Jerónimo Domínguez y Pérez de Vargas, Marqués de Contadero, había seguido de cerca al pequeño navarro y decide ficharlo. Resulta fundamental el deseo del futbolista de recalar en Nervión, pues su hermana Jesusa vive en Sevilla y eso le ayuda para firmar un contrato por 5 temporadas. La entidad nervionense pagaría por Arza el traspaso más caro de su historia hasta entonces, 90.000 pesetas, más dos partidos amistosos a disputar con el Málaga.
Su llegada
Arza llega en 1943 al Sevilla, que venía de ser subcampeón de Liga de la mano del irlandés Patrick O'Connell; el listón estaba alto. Y tiene que competir con la delantera Stuka. Pero no tarda en empezar a forjar su leyenda. Su debut en partido oficial es el 26 de septiembre de 1943 ante el Sabadell: 5-2, con tres goles de Arza, quien ya por entonces era conocido como El Niño de Oro, apodo que le puso el propio O'Connell. Su 1ª temporada fue magnífica: 25 partidos de Liga, 14 goles, y 6 encuentros de Copa, con 6 dianas. El equipo finalizó tercero.
Lo mejor llega en la campaña 45/46, se proclama campeón de Liga con Ramón Encinas, un inolvidable 31 de marzo de 1946, al empatar 1-1 ante el FC Barcelona en Les Corts. La tarde más gloriosa de Arza como futbolista; ese año anotó 14 goles. Además de la Liga, consigue el título de campeón de Copa en el 1948, venciendo en la final por 4-1 al Celta de Vigo. Y los subcampeonatos ligueros de 1951 y 1957, por detrás del Atlético de Madrid y Real Madrid. Y subcampeón de Copa de 1955, cayendo 1-0 ante el Athletic. Pero no serán los únicos éxitos de Juan Arza en el Sevilla. A título individual, la temporada 54/55, con 29 goles se proclama máximo goleador. Nadie en Nervión había logrado ser Pichichi. Y sigue siendo el máximo artillero de Primera en la historia del Club, con 182 goles.
Europa y la selección
Merece mención especial la primera participación del Sevilla FC en la Copa de Europa en la temporada 57/58. Tras eliminar al Benfica portugués y al Aarhus danés, un intratable Real Madrid, que finalmente se alzaría con el título, se cruza en cuartos en el camino sevillista. Un abrumador 8-0 y en el trámite de vuelta se empató 2-2 en Nervión. Sus únicas citas europeas. El buen rendimiento de Arza como sevillista no tiene reflejo en la selección española, pues sólo llega a jugar dos partidos en la absoluta y uno más en escalafones inferiores. Su debut tiene lugar el 2 de marzo de 1947 en Dublín, Irlanda vence a España por 3-2. El otro partido será en Turquía, finalizando con empate a cero. Incomprensible la escasa participación de Juanito con la selección, algo muy criticado por los periodistas de la época, que no encontraban futbolista en mejor forma que el navarro en su puesto de interior derecho.
El adiós
Su etapa como futbolista en el Sevilla FC finaliza en la temporada 58-59. ‘El Niño de Oro' hace las maletas rumbo a Almería, donde jugará un año antes de colgar definitivamente las botas. Cinco años después el Sevilla FC le rinde un merecido homenaje. Un amistoso entre veteranos del Sevilla y del Barcelona. El estadio registra una entrada de más de 30.000 espectadores que quieren reconocer al mejor futbolista que nunca vieron sobre la hierba de Nervión. Aquel veinteañero que llegó procedente del Málaga se había hecho un hombre en el Sevilla. Había crecido, como futbolista y como persona, había saboreado las mieles del éxito, se había casado y había tenido cinco hijos. Fue el momento del adiós. O mejor dicho, del hasta luego.
Entrenador... Salvavidas. Delegado y directivo
Su pasión por el fútbol estimula a Arza a conseguir el título de entrenador nacional y entrenar a varios equipos. Regresa a su casa de Nervión, al lado del Ramón Sánchez Pizjuán, y hace casi de todo. La directiva le llama para que salve al equipo en la 65/66. El estellés obra el milagro y lo deja 8º clasificado que le permite participar en la Copa de Ferias. El año siguiente recurre de nuevo a Juan Arza para intentar evitar el descenso y otra vez logra la permanencia. El Niño de Oro pasa a ser más conocido como el ‘salvavidas’. Pero a la tercera fue la vencida y el Sevilla consuma su descenso a Segunda División en la 67/68. El presidente Gª Carranza decide, por vez primera, otorgarle la confianza desde el inicio de temporada para intentar el regreso a Primera. La fórmula fue un éxito, pues el Sevilla logra el ansiado ascenso. Después, llega a la presidencia José Ramón Cisneros que decide prescindir de sus servicios como entrenador.
No finaliza ahí su relación con el club de sus amores. Por petición del presidente Luis Cuervas formar parte de la directiva en 1986. Es además delegado del equipo 9 años, debido a su buena relación con los jugadores. Arza falleció el 18 de julio de 2011 y el Sevillismo se quedó huérfano de su Pichichi, su atacante más versátil, virtuoso, excelso y brillante; un Niño de Oro que lideró un equipo de época, oro de muchos quilates.
En 2005 fue nombrado presidente de honor del Centenario y en junio de 2009 se le hizo entrega del primer Dorsal de Leyenda, máxima distinción para un ex jugador sevillista, creada bajo el mandato de José María del Nido, con el objetivo de realzar el nombre de los que engrandecieron con sus hazañas a la entidad de Nervión. Juanito Arza tenía que ser el primero de la excelsa lista de héroes en clave blanquirroja.