Juan Domínguez Osborne, prolífico presidente, llega al Sevilla FC en un periodo muy complicado, que podríamos calificar de transición para el club. La famosa Línea del miedo, que tantas alegrías dio al equipo, comienza a entrar en declive, pues sus jugadores se hacen mayores. A ello hay que añadir el desgraciado fallecimiento de una de sus estrellas, como fue Enrique Gómez Muñoz, Spencer, uno de los abanderados de la Escuela sevillista, que marca profundamente el devenir del equipo.
Vivió de lleno el cambio del amateurismo a profesionalismo de los jugadores, y la puesta en marcha del campeonato nacional de Liga en 1928, comenzando la competición el Sevilla FC en Segunda División, debido a que no consiguió ser campeón ni finalista en el Campeonato de España anteriormente, criterio elegido por la Federación para elegir los primeros equipos que compondrían el elenco liguero de Primera División.
Sin embargo, nuevos y grandes jugadores comenzarían a incorporarse, como es el caso de Guillermo Campanal, Ventolrá, Padrón, Deva, Abad, Adelantado, Arroyo, Castro, Gual y Bracero, algunos de ellos jugadores míticos e imborrables de la memoria colectiva sevillista. Estas incorporaciones se efectuaron con el reto de conseguir poner los cimientos de un gran equipo.
En su largo periodo presidencial tuvo numerosos directivos en su staff, como Luis Ibarra, Eladio Rodríguez de la Borbolla, M. Amores, Luís Nieves, Juan Reimana, Eduardo Silvestre y Federico Maquedano, Bernardo de los Ríos, Armando Soto e Illana, José Luís Isern Rivera, Nicolás Carretero, Joaquín García de Tejada, Manuel Gayan, José Luís Buiza, Federico Flores, José Manuel Puelles de los Santos, Ramón López Romero, Eugenio Eizaguirre Pozzi, Francisco Toledo, Juan López García (Juanito Balompédico), Manuel Ríos Sarmiento, Carlos Piñar y Pickman, Antonio Calderón Hernández, Francisco Cárdenas, Antonio Alonso, Eduardo de la Mata, José Romero, Antonio Sánchez Ramos -el popular -tío del puro-, y, principalmente, Ramón Sánchez-Pizjuán, que faltó solo la temporada 1928/29, época en la que el otrora gran presidente sevillista, ocupó el cargo de presidente de la Federación Regional Sur.
Juan Domínguez tuvo que hacer frente al cambio de estadio, ya que vencía el periodo de alquiler de los terrenos de la Avenida Reina Victoria, trasladando las instalaciones a una nueva ubicación en el barrio de Nervión, en terrenos propiedad de la inmobiliaria del mismo nombre y pertenecientes al Marqués del Nervión. Sabedor Juan Domínguez de que el club no está en condiciones económicas de asumir dicha adquisición, no duda en pagar de su bolsillo el montante del valor del alquiler del terreno y la construcción del campo. Más tarde iría recuperando el dinero merced a los ingresos que obtenía el club tras la celebración de los partidos.
Falleció Juan Domínguez Osborne en 1942. Tras su muerte, su viuda doña María Manjón condonó la deuda que aún quedaba pendiente.