1-0: MÁS SUPERIOR EN EL CAMPO QUE EN EL MARCADOR

El Sevilla ganó y lo hizo bien. Fue mejor once contra once. Fue mejor once contra diez, tras la expulsión de Cancelo en el minuto 35. Y fue mejor, lógicamente, once contra nueve. El Valencia salió a defenderse y ni siquiera inquietó a Rico, que fue un espectador más. El Sevilla, con Mariano y Escudero en los laterales, y Llorente arriba, entraba por bandas con comodidad y vivía en terreno contrario. Los saques de esquina, casi siempre mal aprovechados, eran una constante y las ocasiones también llegaban, sobre todo por mediación de Llorente, que tuvo dos muy claras, una con el pie y otra con la cabeza.  Konoplyanka y Banega marcaban el desequilibrio y también tenían sus oportunidades, aunque de nuevo el Sevilla daba la sensación de necesitar mucho más de lo normal para hacer daño a su rival.

A la superioridad del juego, le faltó la contundencia en los metros finales

En la reanudación el partido se condujo por los mismos derroteros. El Sevilla era dueño y señor pero no había manera, porque en los metros finales faltaba frescura y definición. Por fortuna, un fogonazo sublime de Banega puso justicia en el marcador, porque aunque el equipo no estaba acertado era el único que lo intentaba. El argentino sirvió con el exterior un pase escalofriante al hueco para que apareciera Escudero y superara a Ryan, cazando la genial asistencia al vuelo y en carrera.

Con el 1-0 y uno más, lo lógico era pensar que el Sevilla iba a barrer al Valencia, obligado a abrirse y a ir a por el empate. Pero no pasó ni una cosa ni la otra. El Valencia no dejó su tibieza y el Sevilla se perdió en el abuso del toque y en la falta de mordiente cuando llegaba a la zona caliente, incluso jugando contra nueve. Eso fue lo peor, porque el equipo nervionense, con 17 saques de esquina en su haber, dejó con vida al Valencia hasta el final, hasta el punto que en la última jugada del choque el equipo de Nuno dispuso de una falta peligrosa que podía haber costado un disgusto.

El Valencia ni con 11 ni con 10 ni con 9 puso en aprietos a Sergio Rico

Más allá del sufrido final y de la falta de énfasis para hacer más daño a un rival herido, lo verdaderamente importante es que el Sevilla se reencontró con la victoria, que no sufrió atrás y fue indiscutiblemente superior a su rival. Y lo que es más importante: la de este domingo era una final adelantada, que se solventó y que deja tres puntos clave que ponen al Sevilla mirando hacia arriba, una vez más a expensas de que de una vez por todas dé un primer zarpazo fuera de casa que le impulse de forma definitiva.