Había cerrado, cuatro días antes, su primera temporada como sevillista con unos números de vértigo. Fue el jugador más utilizado por Emery para la competición 2014/2015, con un total de 4.096 minutos, de los que 2.713 fueron en Liga, por delante de Carriço y Bacca. Líder indiscutible en tareas defensivas con 300 robos de balón, se coronó como el cuarto hombre que más disparó entre los tres palos y el que más pases dio… Krychowiak se convirtió, no sólo por estas cifras, sino por su compromiso, en el abanderado de un Sevilla al que defendió sobre los terrenos de juego por encima de todo, con tobillo hinchado y nariz rota, incluidos. El jugador que todo técnico desea para su equipo, aquel que lo quiere jugar todo y al que, de hecho, Emery ha tenido que frenar en alguna que otra ocasión.
Una especie de ‘superhéroe’ que aún no lo había dicho todo. Tras cerrar la temporada en Málaga un 23 de mayo, el futbolista hacía frente a su primera final europea. Especial no sólo por ello, sino porque se jugaba en su tierra, Polonia, convirtiéndose en el mejor embajador posible. Con su nombre serigrafiado se presentó la camiseta oficial de cara al choque ante el Dnipro, uno de los muchos detalles que unió a Sevilla y Polonia, con el futbolista como vértice, especialmente motivado desde que comenzase su andadura en la UEFA Europa League ante el Feyenoord en la fase de grupos.
Krychowiak pidió a sus compatriotas que apoyasen al Sevilla FC en la final de Varsovia
El Sevilla partía dispuesto a conquistar Varsovia con la oportunidad de alcanzar un registro histórico en el fútbol mundial: ser el primero en levantar cuatro Copas de la UEFA. Allí contaría con el apoyo de más de 8.000 sevillistas desplazados y el de la comunidad polaca, a la que Krychowiak, un héroe en su país, había pedido su apoyo. Muy activo en las redes sociales, el polaco no dejó de mostrar a través de sus perfiles la felicidad de volver a su tierra para, nada más y nada menos, que pelear por levantar el primer trofeo continental de su carrera.
El polaco anotó el gol con el que comenzó la remontada
Llegó el día, y Krychowiak saltaba al Estadio Nacional de Varsovia como el único polaco sobre el terreno de juego. Sin embargo, se adelantaba el Dnipro a los siete minutos con un tanto de Kalinic que apenas afectó al fútbol de salón practicado por los nervionenses. Y llegó, a la media hora de partido, el gol que lo cambió todo. Firmado por el hombre del partido: el polaco. Un balón sin dueño acabó en los pies de Krychowiak, que no desaprovechó la dejada de Bacca para poner las tablas en el marcador e iniciar así una remontada histórica.
Obtendría así el premio a su esfuerzo, a la entrega de toda una temporada, al compromiso de un futbolista para con su club que traspasó lo requerido. Una implicación que ensalzó el técnico Unai Emery en sala de prensa tras conquistar, por segunda vez consecutiva, la UEL.
Hasta la fecha, el fútbolista lo ha jugado todo a excepción de la eliminatoria copera