Tocaba ganar sin importar demasiado el envoltorio, y esta vez lo hizo el Sevilla FC, que no lograba sumar tres puntos lejos de Nervión desde el ya lejano 15 de octubre en Mallorca. Todo ello ante un Cádiz que también quiere cimentar su objetivo en casa y que no cedía todo el botín en el Nuevo Mirandilla desde incluso antes, el 10 de septiembre cuando cayó 0-4 ante el FC Barcelona. Y aunque las estadísticas esta vez fallaron, lo que no lo hizo fue el sabio refranero futbolístico que dice aquello de "a entrenador nuevo...". Y es que Mendilibar aplicó su anunciada fórmula de simplificar el juego, evitar errores no forzados y saber aprovechar el momento para desequilibrar el partido en el área rival. Así lo hizo, concediendo muy poco a los amarillos y desequilibrando el choque con juego directo. Córner rechazado que manda para dentro Ocampos y balón largo de Badé que acolcha Bryan para que En-Nesyri resuelva el mano a mano. Tres puntos vitales que permiten ver la situación de una forma muy diferente.
Y eso que se inició el partido con empuje amarillo, una intensidad que poco a poco se fue aplacando y que le dio a los de Sergio para intentar su primer tiro a puerta. Fue un remate de Guardiola a la media vuelta que tapó muy antento Gudelj para enviar a córner. Ese efímero dominio cadista dio la vuelta conforme los de Mendilibar consiguieron hacerse con el balón, mirando siempre hacia delante e intentando contactar con las bandas, sobre todo la izquierda, donde Acuña escoltaba a Bryan. Desde ese flanco, el barbateño la puso de dulce para En-Nesyri a los ocho de juego, pero el marroquí no encontró los tres palos en su remate. Apenas dos minutos más tarde, córner botado por Rakitic y nuevo cabeceo de En-Nesyri, esta vez mucho más forzado, por lo que a la potencia de su remate no pudo añadirle la dirección adecuada. Ambos equipos optaban por posesiones sin demasiado riesgo y buscaban el ataque a arreones, como la contra lanzada por Bryan ya en el ecuador del primer acto que acabó en un remate demasiado lejano de En-Nesyri.
La primera parte se completó sin ocasiones claras de peligro
Casi en la siguiente jugada, el que probó fue Ocampos, tras aprovechar una mala entrega del meta David Gil para disparar junto al palo pero sin fuerza suficiente. Apenas se acercaban los gaditanos a la meta de un Dmitrovic bien defendido, y cuando el Sevilla lo intentaba lo hacía sin el necesario peligro. Pasada ya la media hora, un centro de Acuña lo remataba Gudelj en una nueva melé en el área cadista, otra vez por encima del larguero. Ahí se acababa lo noticiable de una primera parte que claramente denotó la situación complicada de ambos contendientes, que dejaron para la segunda parte la resolución final del choque. Por suerte, no hubo que esperar mucho más para que Ocampos golpease primero para los hispalenses, con córner botado al primer palo por Rakitic que despeja David Gil y la deja muerta, para que el argentino remate mordido y la cuele justo donde no había ningún obstáculo.
Ocampos puso el marcador de cara nada más reanudarse el choque
Golpe de efecto ante un rival muy tocado que permitió respirar durante los siguientes minutos, pero no definitivamente. El Cádiz se fue arriba con todo y obligó a los sevillistas a achicar y a mostrar esa fiabilidad atrás que tantos puntos habían venido costando. Se fijaron atrás bien los centrales y también apareció Dmitrovic cuando hizo falta. Lozano tuvo una nada más salir y Fali, al rechace de un saque de esquina, mandó un balón a córner en la ocasión más clara de los gaditanos en todo el partido. Pero cuando el equipo se mentalizaba para sufrir hasta el final, otra vez el juego directo fue la solución. Balón en largo de Badé desde su área que baja con clase Bryan y asiste a En-Nesyri, que se escora a la derecha y busca el hueco para batir raso a Gil. 15 minutos para el final y una ventaja que ya no se iba a escapar, pues el mazazo fue demasiado duro para los de casa. Aún así la tuvo el exsevillista Chris Ramos, que obligó a Dmitrovic a sacarla de muy cerca de la escuadra.
Incluso el contragolpe pudo derivar en un marcador todavía más amplio, en las botas de Óliver a pase de Lamela. No hacía falta más, pues los tres puntos y el golaverage estaban muy cerca y se certificaron un par de minutos después. Balón de oxígeno para el Sevilla FC, que dormirá cinco puntos por encima del descenso y que mira ya al Viernes Santo, en el que, con la afición de su lado, buscará seguir saliendo de la zona peligrosa ante el RC Celta de Vigo. Una cita que se perderá Lucas Ocampos por acumulación de amarillas pero en el que volverá a estar a disposición, cuatro jornadas después, Fernando Reges.