Pedía Mendilibar que compitiera su equipo esta tarde ante el Real Madrid y vaya si lo hizo, con un juego intenso hasta que duraron las fuerzas y un marcador que pronto se puso de cara. Sin embargo, un Madrid mucho más analítico y que aprovechó el acierto de Rodrygo, se llevó los tres últimos puntos en juego en el Ramón Sánchez-Pizjuán esta temporada. Con varios pesos pesados del equipo sin participación pensando en Budapest y el debut como titular de un Manu Bueno que cumplió con creces, el equipo no podrá pelear, casi con toda seguridad, por la plaza de Conference League en la última cita en San Sebastián. Toda la atención queda ya puesta en la final de dentro de cuatro días ante la AS Roma, donde el equipo quiere convertir en histórica la temporada más complicada de las dos últimas décadas.
Primera parte muy intensa de los sevillistas, que no parecían ser, de los dos, los que tenían una final cuatro días más tarde. Fruto de esa intensidad llegó muy pronto el primer gol, tras una buena internada por la izquierda, un doble rechace de la zaga madridista y un balón franco que le cae a Rafa Mir, para ponerla arriba imposible para Courtois. Inmejorable comienzo de los de Mendilibar, que obligó al Madrid a mover ficha y hacerse con el balón en este arranque del partido. Tuvo la igualada en sus botas Rodrygo al cuarto de hora, pero erró con todo a favor ante Bono a pase de Lucas desde la derecha. El Sevilla parecía algo desubicado en esos minutos de control madridista, aunque Rakitic con un tiro lejano y sobre todo Rekik, que robó en un saque de banda y le pegó alto mano a mano con Courtois, tuvieron el segundo en sus botas. Pero por estas cosas del fútbol y en su primer disparo entre los tres palos, Rodrygo iba a poder resarcirse a la media hora y anotar la igualada de falta directa, con un disparo pegado al palo izquierdo que no pudo cazar Bono.
Manu Bueno disputó los 90 minutos y cumplió con creces en la medular
En el último cuarto de hora antes del descanso, volvieron a ser los sevillistas los dueños de la situación, encerrando a los de Ancelotti en su área y disfrutando de dos ocasiones de peso suficiente como para haberse vuelto a adelantar. Ambas fueron, curiosamente, para Lamela. Primero con una dejada de Montiel de cabeza con remate con el empeine de Erik, que estrelló el balón en el palo. A tres ya del intermedio, otra buena internada blanquirroja desde la izquierda acabó en centro del Papu al segundo palo, donde Lamela remató con todo pero el balón, con un bote traicionero justo antes, se le fue arriba. Se cerraba así un primer tiempo de más balón visitante pero de mayor intensidad de los sevillistas, que se acercaron mucho más al área rival y le pusieron más picante a su juego.
Un contragolpe madridista en un saque de falta local sentenció el partido a 20 para el final
Se mantuvo el rol de ambos equipos en el inicio del segundo tiempo, con un Sevilla que buscaba un fútbol más encima de su rival y acciones eléctricas, ante un Real Madrid que filtraba mucho su elección a la hora de irse arriba. Costó algo más ver ocasiones, aunque en el cinco de la reanudación la tuvo Rafa Mir, encimado en el primer palo, tras una magnífica jugada de Acuña en la banda izquierda. Intentaban los de Mendilibar tocar y abrir el juego por las bandas, aunque cumplido ya el minuto 60, llegó la primera ventana de cambios para dar descanso a Rakitic y Bryan Gil, que fueron sustituidos por Suso y Jordán. Por desgracia, ante equipos así, cualquier acción aislada puede desequilibrar un partido. Lo hizo Rodrygo a 20 para el final, en una falta a favor del Sevilla que acabó en una demoledora contra del brasileño, que anotó casi a placer ante Bono.
Tecatito y Óliver entraron en el segundo bloque de cambios -Badé tuvo los diez minutos finales-, en un momento en el que el Real Madrid estaba de nuevo cómodo con el guion del partido, que obligaba al Sevilla a arriesgar en cambio madrileño. El final del partido quedó, además, ensuciado, con la expulsión de Acuña, que tras un rifirrafe con Ceballos entró demasiado duro al utrerano y Soto Grado le mostró la roja directa. Ahí se acabaron las opciones para un Sevilla que se despide con derrota de Nervión esta temporada y no podrá seguir peleando la plaza europea la próxima campaña por la vía liguera. Toca pues centrar todas las energías en el miércoles en Budapest, donde no solo está en juego la séptima UEFA Europa League del rey de esta competición, sino la plaza para la próxima edición de la UEFA Champions League. Muy presente lo tuvo la grada, que pese a la derrota, despidió a los suyos con ánimos y cánticos referentes a lo que aguarda en Hungría.