Quique Sánchez Flores y sus jugadores continúan explorando un camino que ha conseguido alejar al equipo del peligro inmediato. Hace cuatro jornadas el descenso estaba a solo un punto, y actualmente son ya tres partidos los que se han conseguido poner de por medio, hasta una renta que se eleva ya hasta los siete. Si ante el Atlético el equipo consolidó el poderío ofensivo que se había visto en Vallecas y lo consiguió combinar con una gran fortaleza defensiva, anoche en Mestalla se volvió a ver la mejor versión de la zaga, incluido un Nyland que resultó decisivo.
Con ello, el equipo encadena 242 minutos sin recibir goles, los que han pasado desde el tanto de Isi a la media hora del choque ante el Rayo. De esta forma, se acumulan dos porterías a cero seguidas seis meses después. En concreto, desde el pasado septiembre, cuando los sevillistas sumaron su primer triunfo de la temporada -uno a cero ante Las Palmas- para justo después lograr un 0-0 a domicilio ante Osasuna. Alejando un poco más la lupa, los dos únicos tantos encajados en las cuatro últimas jornadas suponen una media de 0,5 por partido, muy lejos del balance de 1,67 goles de media en las anteriores 21 fechas.
Una seguridad atrás que ha permitido la mejor racha de puntos de lo que va de campaña. Y es que, aunque entre las jornadas 9ª y 13ª el equipo se mantuvo invicto, lo cierto es que solo pudo sumar de punto en punto en esos cinco duelos consecutivos contra Rayo, Madrid, Cádiz, Celta y Betis, respectivamente. Ahora son dos victorias y dos empates, un ocho de doce que resulta clave para analizar la mejoría de los blanquirrojos. De hecho, hay que retrotraerse hasta justo antes de Budapest para encontrar una racha así. Concretamente, del 4 al 24 de mayo, con victorias ante el Espanyol (3-2) y el Valladolid (0-3), que llegaron seguidas de sendos empates contra Betis (0-0) y Elche (1-1). Para seguir ampliando cifras, un exigente examen, este próximo domingo, en el Santiago Bernabéu.