Quique hablaba de todo lo que ha englobado su primera edición de El Gran Derbi tras el empate en el Villamarín: "En el proceso hasta llegar al partido se empieza a notar una atmósfera muy cargada y muy emocional. Sabemos que es un partido que supone una descarga de energía muy grande porque los jugadores la tienen, hay mucho en juego y es una final. Hemos jugado ante un gran equipo, antes sus 60.000 espectadores con nuestros 500, pero les damos las gracias. Hemos sido competitivos, hemos llevado el resultado pese al penalti y decisiones que nos hemos complicado un poquito, pero con personalidad. Hemos dado un pasito hacia delante en los últimos partidos y pensamos que sumar siempre es positivo".
Aunque el equipo salió bien, una acción discutible cambió el guion: "Estábamos bien cuando llegó el penalti. No estábamos concediendo nada, pero el jugador está girando, le pega en el brazo y es una cosa extraña. Si el árbitro entiende que tenemos alguna ventaja, hay que respetar la decisión. Ha habido un momento en que una misma falta, para un lado era y para el otro no. Entiendo lo que aprieta todo esto, la presión y el momento de tomar decisiones muy rápidas. Ha habido alguna que podría haber caído para nosotros, pero hay que apoyar a los árbitros y hacerles la vida lo más sencilla posible".
Además, cerró hablando del goleador sevillista de la noche: "Siempre hemos dicho que los canteranos nos demuestran y nos enseñan el camino. Kike ha estado toda la semana a un tris de estar en el once y al final ha salido en el momento oportuno, nos ha dado consistencia y ha recuperado muchas pelotas. Además, ha marcado un golazo. Es una alegría que los canteranos estén a este nivel".