English
عربي
中文
日本語
대한민국 - Soon
Nuevo triunfo del Sevilla FC en Nervión, no sin nueva agonía, pero la felicidad final bien la vale. Hasta casi el descanso no sucedió nada destacable, cuando Peque marcaba el 1-0. En la reanudación, Saúl caía lesionado y el Valladolid empataba, haciendo presagiar una noche nublada para los de García Pimienta. Pero el ímpetu, las ganas y la casta salió a relucir para, a cinco del final, conseguir la victoria con un gran tanto de Ejuke. El Sevilla FC lo buscó y el Sevilla FC lo consiguió. Segundo encuentro consecutivo ganado en Nervión tirando de coraje hasta el pitido final.
Transcurrió una primera mitad un tanto espesa en el Sánchez-Pizjuán pero que no pudo tener sabor más feliz para los blanquirrojos. Peque, tras una serie de rechaces e intentos de un Sevilla FC volcado en el área vallisoletana, empujaba a la red un gran centro raso de Lukebakio por la izquierda y mandaba a los vestuarios a los locales ya ganando. Antes, el partido se había desarrollado sin muchas ocasiones, con más balón para los visitantes pero con las llegadas con peligro del lado sevillista, con un potente tiro de Saúl desde fuera del área y otro de Iheanacho. Justo cuando se anunciaba el tiempo añadido, el exjugador del Racing adelantaba al Sevilla FC después de muchos lanzamientos locales, 12 en total.
Saúl cayó lesionado al inicio de la segunda mitad y el Valladolid empató dos minutos después
La segunda mitad, por el contrario, arrancó de la peor de las maneras posibles, totalmente diferente a cómo finalizó la primera. En el 55, Saúl se tenía que marchar del terreno de juego lesionado, en camilla, y dos minutos después Kike Pérez ponía las tablas nuevamente en el luminoso. Tocaba volver a remar con más de media hora por delante, pero con el cuerpo frío por el empate y la lesión de Saúl. Comenzó un baile de cambios en ambos planteles buscando cada uno su objetivo. Solo Lukebakio parecía entonado en los locales, que se habían desconectado completamente del partido. Ejuke se sumaba a su compañero en el extremo contrario, con una gran oportunidad a la contra que desbarató Hein.
Pero a la película le quedaban todavía escenas muy interesantes. El Sevilla FC quiso ganar el partido, lo merecía y lo hizo. El mundo se cayó encima cuando Peque, completamente solo tras una acción individual, la estrellaba en el cuerpo de Hein, pero Ejuke, dos después, devolvió la alegría a la grada de Nervión con un disparo ajustado a la derecha del arquero pucelano. Éxtasis. Quedaba por sufrir, incluso con diez varios minutos por la expulsión de Marcao, pero los puntos ya no se iban a mover del Sánchez-Pizjuán, que despidió a los suyos agradeciéndoles, como siempre, dejarlo todo en el campo por lograr un triunfo vital.