Comienza marzo y no hay otra opción que volver a la senda ganadora. Las victorias deben llegar hilvanadas una tras otra para que empiecen a salir las cuentas. La Liga requiere -ya sí- de una regularidad sostenida y no valen los triunfos morales. Hay que sumar de tres en tres; empezando por esta jornada intersemanal de miércoles ante un sorprendente rival, se mire por donde se mire. Rescatado del pozo de Segunda en los despachos, el Eibar a base de compromiso, humildad, trabajo solidario, solidez en defensa y efectividad ante el gol (el 2º tras el Barça) no ha bajado nunca de la 10ª plaza liguera y se ha mostrado como un conjunto rocoso y goleador, 40 tantos, 19 de ellos a domicilio, sólo por detrás de los tres grandes.
Los de Emery deben superar el compromiso de un rival que lleva 19 goles fuera, el 4º de la Liga
Los de Emery, en cuanto a actitud, han de mirarse en el espejo de este ejemplar equipo vasco. El reto debe ser el mismo, multiplicado, en cuanto a implicación, firmeza y tenacidad, así como acierto en las dos áreas. La calidad sevillista después debe marcar la diferencia. La fortaleza nervionense tiene que ser la referencia para seguir a ritmo de récord en casa y lograr la 1ª victoria ante el cuadro eibarrés, dado que la única cita en Primera (diciembre de 2014) acabó 0-0, tras un choque en el que el Sevilla fue martillo y el Eibar yunque, con una defensa recia y numantina. En Ipurúa, los dos goleadores por excelencia, Borja Bastón y Gameiro firmaron un 1-1 final.