…Y LLORENTE ESCUCHÓ POR PRIMERA VEZ EL HIMNO DEL CENTENARIO ANTE MÁS DE DIEZ MIL AFICIONADOS
Cuentan las lenguas antiguas…”, a toda voz, entonó una grada de Preferencia prácticamente llena para recibir a Fernando Llorente, que se presentaba ante su nueva afición vestido por primera vez de corto y con el escudo de Nervión en el pecho. Todo era nuevo. La ropa, el escudo, sus propias ilusiones… y aquella letra que, en pocos meses, entonará como cualquier sevillista. “Un 14 de octubre nació una ilusión…” cantaba la grada mientras Llorente insuflaba aire para recibir la ovación de miles de gargantas. De miles de sevillistas. De miles de almas, mas de diez mil, que desafiaron al calor sevillano para hacerle sentir como en casa.
Este viernes será un día inolvidable para Fernando y su familia, que le acompañó en todo momento a pie de césped. Cariacontecido, el riojano contempló con incredulidad y asombro el ambientazo que se había preparado en Nervión para recibirle. Y comenzó a lanzar balones. Y a cada balón una sonrisa que hoy más que nunca hacía de su rostro el espejo de su alma. Al final el delantero acabó besando el escudo que defenderá los próximos tres años. Y, para terminar, alzó una bufanda con orgullo, que momentos antes había recogido su propio padre de un aficionado que la había lanzado desde la grada.
Rugió Nervión en clave de Llorente y también coreó el nombre de Monchi, reconociendo el esfuerzo de componer, cual puzle, "una plantilla altamente competitiva”. Pero estaba claro que no quedarían ahí los homenajes. Con el permiso del protagonista de hoy, el sevillismo, si antes dio todo su calor al recién llegado, al futuro; también ensalzó al pasado y la figura de un Antonio Puerta del que no puede disfrutar desde hace ocho años.