Son los mejores recuerdos europeos de la década prodigiosa. Un nuevo reto -sí, otra vez- que se hace visible tras las vividas estaciones ‘termini’ de Turín y Varsovia. Basilea queda lejos, a cuatro pasos de gigante de un nuevo camino por recorrer -y disfrutar- como en el camino a Ítaca del mito. Pero este Sevilla sabe, por tenerlo interiorizado, que antes de dar el segundo paso hay que andar el primero. Y la humildad de los grandes es la que debe presidir esta senda, pese a llevar la vitola de tetracampeón de la competición. Será la primera vez que el Sevilla FC se vea las caras con el Molde y con un rival noruego, el cual ha firmado en sus tres visitas europeas en la fase de grupos de este curso: dos victorias ante el Fenerbahçe (1-3) y Celtic (1-2), y un empate (1-1) en Ámsterdam ante el Ajax, marcando siempre fuera. Los nervionenses vuelven al KM 0, pero la ilusión y el hambre siguen siendo infinitas.
La humildad de los grandes debe presidir el nuevo camino por andar
Los de Emery han ganado 11 de sus 12 últimos partidos europeos disputados en su fortín de Nervión; sólo la derrota ante el City (1-3) rompió su magnífica trayectoria, abierta y cerrada en la fase de la Champions por los dos recordados triunfos en casa ante el Monchengladbach (3-0) y la Juventus (1-0), que desde entonces no conoce la derrota. En la UEL, suma 9 victorias locales, tras el 0-2 del Betis en octavos de final de la 13/14. El rival nórdico por su parte está en pretemporada (la liga noruega se inicia en marzo) y no conoce la victoria en sus seis partidos ante equipos españoles, con tres derrotas (una en España) y tres empates, dos en terreno hispano. Su intención de buscar un buen resultado, añadirá a su favor en la vuelta el césped artificial y la costumbre de soportar al ‘general invierno’, de Noruega, que provoca sorpresas en rivales en teoría superiores. Será el punto más septentrional de Europa al que acuda el Sevilla de forma oficial.