La cuenta atrás del sueño europeo se reanuda este jueves. El Sevilla ya conoce estas mieles, pero no ha menguado por ello ni un ápice su hambre de éxitos. Nunca será ya igual. El tetracampeón del torneo defiende título, con el ilusionante guiño de ser el único club del continente que repetiría entorchado por tercera vez consecutiva. Pero eso aún no ha ocurrido. Queda mucho. Como diría Unai Emery, antes hay que disfrutar del camino. Si la avidez es insaciable, la humildad y el compromiso del grupo no le van a la zaga. Las credenciales del campeón deben medirse -en un difícil duelo a doble partido- a otro campeón de la Europa League, que ansía también reeditar el éxito, siete años después, y al que hay que respetar. Cita de altura. El billete a la final hay que pelearlo; aún no está logrado.
De nuevo, el hambre insaciable y la humildad deben ir de la mano
Las trayectorias de ambos semifinalistas -los dos vienen de la Liga de Campeones- es pareja, pero más brillante en el caso del Shakhtar Donetsk. En los seis partidos que ha disputado en la Liga Europa ha firmado cinco victorias seguidas (su mejor racha) y solo un empate a cero en la primera cita ante el Schalke en Ucrania, al que luego goleó 0-3 en Alemania. El resto de los partidos lo cuenta por triunfos ante el Anderlecht belga (3-1 y 0-1) y el Sporting de Braga (1-2 y 4-0). Contabiliza 13 goles a favor, aunque dos fueron en propia puerta del mismo jugador, Ricardo Ferreira. Los 11 de cosecha propia están muy repartidos: Eduardo, Facundo Ferreira y Kovalenko, dos cada uno; y los otros cinco, Srna, Marlos, Kucher, Taison y Rakitsky.