Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, fue el protagonista en el programa A Balón Parado. El director deportivo comenzó hablando sobre los movimientos que se han llevado a cabo este verano: “Estoy contento y satisfecho con el trabajo que hemos hecho. Creo que es el año en el que más a prueba se nos ha puesto a la dirección deportiva. Teníamos unos perfiles con nombres e incluso estábamos en negociaciones con jugadores y sus clubes, de la noche a la mañana, cambia el entrenador y tuvimos que cambiar todo el guión. Todo es mejorable, pero tenemos una plantilla capacitada para cumplir los objetivos que nos proponemos”.
“Lo principal es consolidarnos, ojalá esto sea una costumbre”
Con la llegada del nuevo cuerpo técnico, los cambios han sido mayores a otros años: “No es revolución, pero todos los años ha habido muchos cambios notables en las plantillas, los inicios han sido difíciles en las últimas temporadas, pero esta temporada además, hemos cambiado de entrenador. En cuanto a motivación e intensidad es muy parejo a Unai, pero en cuanto a juego es muy diferente. El coctel es complicado de conseguir. El Sevilla ha adquirido un rol de exigencia muy alta en que la paciencia no existe, lo único que podemos pedir es confianza”.
En cuanto a cómo va captando la plantilla los nuevos conceptos de Sampaoli, Monchi expresó que “en el descanso del partido ante el Olympique te diría que estábamos muy lejos y al final, muy cerca. Si somos capaces de hacer lo que hicimos en el segundo tiempo es porque tenemos argumentos tantos individuales como colectivos. Vamos escalando, no es algo lineal porque podemos ver pasos hacia delante y luego no. No es sólo asimilar la idea, también es ejecutarla. En la ejecución estamos lejos. Cuando decidimos que iba a ser el entrenador sabíamos que el comienzo no iba a ser fácil, pero desde la primera vez que hablé con Sampaoli, me transmitió su optimismo e ilusión por venir al Sevilla y se está viendo”.