De ascenso meteórico se puede calificar el camino de Vitolo en el Sevilla FC. Llegó procedente de Las Palmas tras haber sido nombrado mejor futbolista de Segunda División, pero siendo un desconocido en la élite.
Sus actuaciones le fueron valiendo convertirse en uno de los referentes del equipo. Su poderosa zancada, unida a su juego vertical, capacidad para asociarse y su trabajo sin denuedo le han hecho ser el motor del equipo ya sea con Emery o Sampaoli. También le ha valido para asentarse definitivamente en la selección española con Lopetegui.
Ya sea en cualquiera de las dos bandas o con libertad de movimientos, Vitolo es el nombre que esperan todos los aficionados en el once, tanto es así, que, también en Balaídos, se cumplieron cien partidos con la casaca nervionense. En este sentido, Vitolo también vio reconocida su labor en el Sevilla FC con una ampliación de contrato hace unos meses.
Vitolo ya ha superado los 100 partidos en Liga con el Sevilla
El tercer ejemplo de capitán es el de Nico Pareja. En su primera temporada en el Sevilla FC, le costó adaptarse a la posición en el perfil zurdo. Tras el partido disputado en Vallecas de esa su primera temporada, donde ya se ubicó en la derecha, el rendimiento del capitán nunca ha dejado de subir. Líder carismático del vestuario, es, en estos momentos, uno de los jefes de la plantilla, y un ejemplo para los más jóvenes a los que es normal ver aconsejándoles.
En cuanto a lo deportivo, Pareja, además, se ha revelado como un futbolista que también hace daño en las áreas contrarias. No es extraño verle lanzar una falta directa -gol al Celta y travesaño ante el Espanyol en pasadas temporadas-sino que ha hecho dos goles importantes de forma consecutiva en este mismo 2016, un año en el que en los últimos meses se ha convertido en el hombre ideal para sacar la pelota jugada desde atrás como exige Jorge Sampaoli.
Sin embargo, y además de ese período de adaptación, la trayectoria de Pareja no ha sido un camino de rosas. En quizás su mejor momento, un 23 de abril de 2015, con el Sevilla peleando por meterse en semifinales de la Europa League en San Petersburgo, vio cómo una cortina negra cubría su futuro profesional. Debía superar una dura prueba con un final incierto. Sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior y un esguince de grado 2 del ligamento lateral externo de la rodilla derecha.
Tras más de un año de inactividad, el argentino regresó al equipo. A estas alturas de temporada, es uno de los jugadores que más minutos suman en el equipo sevillista, habiéndose ganado la confienza del nuevo cuerpo técnico, lo que da una idea de su reincorporación al vestuario y a la máxima competición. Pareja ha vuelto como si nunca se hubiera marchado.
No sólo el premio de la capitanía llena a Pareja, sino que el club también haya sabido valorar su esfuerzo por regresar a los terrenos de juego. También este verano, Nico, con 32 años, renovaba hasta 2019.
Pareja ha dejado atrás definitivamente el calvario de su grave lesión
Pero falta un cuarto pilar de la plantilla, Daniel Carriço, el portugués que también sabe lo que es levantar tres títulos europeos, jugando todas las finales pese a su constante lucha contra lesiones. Esta temporada de hecho le están respetando poco, pero el luso siempre ha sabido encontrar el camino de vuelta. El último ejemplo es que también fue partícipe en las dos citas más importantes de 2016, después de perderse el primer tramo de la campaña anterior por estar en la enfermería. El defensa, todo corazón, también lucha contra el infortunio para renacer en la participación con el equipo.
Carriço ha sido titular en las finales de Copa y Europa League, pero las lesiones le persiguen
Cuatro historias parejas, con el denominador común del compromiso, del crecimiento personal y del éxito sin alarges ni presunciones. Son los últimos cuatro héroes de la gesta de Turín, los guardianes de un vestuario que encuentra en los valores de este cuarteto una de las claves del éxito del equipo en su conjunto.