El Sevilla FC sacó adelante un complicadísimo partido que estuvo en un pañuelo hasta el mismo descuento. No tuvo su mejor día el equipo de Jorge Sampaoli, pero supo imponerse gracias a su carácter ganador y al talento de sus individualidades, fundamentalmente Stevan Jovetic, al que no le hizo falta marcar para convertirse en el hombre del choque, asistiendo a Pablo Sarabia y Vitolo en los goles de ambos.
El encuentro fue incómodo en todos los sentidos. El Eibar llegaba después de dos victorias consecutivas por 4-0 y en el horizonte estaba ni más ni menos que la ida de los octavos de final de la Champions con lo que ello conlleva. Sampaoli, sin embargo, no escatimó en el once y de los indiscutibles sólo dejó en el banco a Mariano y Vitolo. Sin embargo, pese a jugar con un once casi de gala, el equipo estuvo espeso y en la primera mitad fue incapaz de superar con claridad a un Eibar tremendamente intenso en la presión que le quitaba el balón continuamente.
El Eibar incomodó con su presión, pero la calidad de Jovetic desatascó un partido que se enredaba
Al Sevilla le costaba hilvanar su juego, con numerosas pérdidas de balón. El partido se perdía en una maraña de errores, aunque en defensa, con Rami y Lenglet imperiales, los apuros eran mínimos. La igualdad la rompió, como suele ocurrir en esta clase de choques, la calidad individual, en este caso de Jovetic, que en el minuto 30 le puso un balón de oro a Pablo Sarabia para que el madrileño remachara a la red con el interior.