La fecha del 14 de marzo de 2017 pasará a los anales nervionenses como una cita señalada en la ya longeva trayectoria europea sevillista. El Leicester City-Sevilla FC de este martes -en el marco de los octavos de final del máximo torneo continental- es la nueva puerta que se abre para acceder a un escenario inexplorado hasta ahora en el siglo XXI. Tres veces ha alcanzado el Sevilla los octavos de final en cuatro participaciones y nunca pasó de ese umbral, excepción hecha del hito logrado en la extinta Copa de Europa hace casi 60 años, topándose en cuartos ante el Madrid de Di Stefano. En esta ocasión para entran en la leyenda, no queda otra que hacerlo con la cabeza bien alta y mostrando ese sello de campeón tan reconocible en los nervionenses en las citas estelares. Y esta -si cabe- es la más importante de todas.Es otro paso a ser un fijo en la élite del fútbol.
La mejor versión en el día crucial ante un rival muy competitivo que cuenta por victorias sus tres citas europeas en casa
La mejor versión del Sevilla debe coincidir con el día crucial para su historia. El fútbol -de ahí su atractivo- es un deporte imprevisible y este martes europeo propone un segundo pulso entre un rival debutante en la Champions, que llegó con muchas dudas a Nervión, y un conjunto sevillano asentado en el pódium de LaLiga. Si en la ida en el Sánchez-Pizjuán los papeles se intuían, en la vuelta -con algunas dudas sevillistas y una buena racha inglesa sin su ex técnico Ranieri- la previa parece igualar las fuerzas. Un dato refuerza este aserto; el Leicester City cuenta por victorias sus tres citas europeas en casa: un mismo resultado de 1-0 ante el Oporto y el Copenhague y 2-1 al Brujas. Dos de esos tres tanteos le valdrían para pasar y el tercero le llevaría a la prórroga. Con independencia del talento, la clave vuelve a ser la competitividad.