Exultante de felicidad se mostraba Diego Martínez a la conclusión del partido ante el Getafe CF. El técnico del filial comenzó analizando un partido en el que han ocurrido bastantes cosas: “Creo que han pasado muchas cosas buenas. El equipo ha estado a un nivel fantástico, muy bien organizado siempre y sabiendo competir. Ante el sentimiento de injusticia, nos vinimos arriba en la segunda parte. Es un partido para el recuerdo”.
La salvación se acerca, y Martínez, pese a ser cauto, no esconde su felicidad: “Son muchas horas y mucha dedicación, y también exigencia por parte del cuerpo técnico. Uno piensa en todo eso y en que el equipo ha salido adelante con esos 52 puntos. Todo lo que dejen de hacer los perseguidores repercute positivamente en nosotros. Si no nos llega para la permanencia, lo siento, porque para mí ya tienen matrícula de honor. Ha sido un año de muchas adversidades, pero las hemos superado poco a poco sabiendo mantener el equipo un control mental”.
En lo personal, el preparador nervionense valoró que se hable bien de su equipo por la forma de plantear cada partido: “Es el mayor piropo que me pueden hacer como entrenador. El equipo tiene un espíritu que nos va a acompañar toda la vida y esa es la mayor huella que puede dejar un cuerpo técnico”.