El Sevilla FC-Osasuna que cierra LaLiga 16/17 debe ser un broche festivo para el sevillismo. Con todo decidido, la temporada sevillista en el torneo regular merece el corolario de los 72 puntos y la victoria número 14 en el Sánchez-Pizjuán, ese fortín que exige compromiso hasta el último minuto del campeonato. Por un lado, los números en Nervión del ya descendido Osasuna son muy pobres, aunque su deseo es pelear como en las últimas semanas. Pero, dicho esto, con el respeto debido al rival, la cita de este sábado es para celebrar otra vez el enésimo éxito de un Sevilla europeo que ha firmado un excelente curso y que debe tener el merecido colofón de la segunda puntuación histórica. Pelear el triunfo es valorar todo eso en un choque como si fuera decisivo, así como el reto de ofrecer a la grada buen fútbol y goles, en prueba de la exigencia siempre demandada.
El sevillismo exige un broche festivo para culminar una excelente Liga que inició en su fortín con goles y fútbol de ataque
Si nos remontamos al ilusionante inicio en el Sánchez-Pizjuán (el recordado 6-4 al Espanyol) del que la grada salió entusiasmada en lo tocante a la producción ofensiva, ahora al cerrar el círculo liguero también en casa, el sevillismo -con una memoria selectiva- espera a un Sevilla mandón y goleador, que sería sin duda el mejor broche a un ciclo que termina. Ahí podrán estar sus mejores argumentos como son Ben Yedder (11 goles y tres asistencias), Sarabia (8 y 8) o Jovetic (6 y 5 en total), por citar sólo tres casos de jugadores que miran con determinación a la portería rival. La fortaleza roja por otra parte desea la mejor versión de los suyos, como corresponde a un equipo que no se puede permitir otra cosa que una victoria concluyente.