El popular Paco Alba había nacido en Sevilla en 1890. El club sevillista vivió durante la presidencia de Francisco Javier Alba y Alarcón, una etapa de plena madurez que llevó a la entidad a su definitiva consolidación, pero no sin problemas previos, y en un momento muy delicado para la entidad sevillista.
El club mantiene en esos momentos una crisis de identidad, con dos facciones muy claramente posicionadas, la primera encabezada por José Luis Gallegos, presidente interino tras la marcha de Miró Trepat, que mantiene que el Sevilla FC debe ser un club polideportivo, en el que el fútbol debe ser un deporte más ente otros. La postura opuesta es liderada precisamente por Paco Alba, que mantiene que la pureza de la sociedad como ente futbolístico primordial es esencial para el futuro, aunque no descartaba el mantenimiento de otras disciplinas deportivas, pero con un carácter complementario.
Como en todos los enfrentamientos, llegado el desenlace, sale victoriosa la posición de Paco Alba, pero desgraciadamente no sin coste social y deportivo para la entidad, pues ésta pierde un importante capital humano, y directivos de gran valía, que habían dotado a la sociedad del estatus necesario. A modo de ejemplo, nunca más se supo de José Luis Gallegos como sevillista.
Paco Alba se da cuenta de la importancia del fútbol, y de lo que este deporte significaría años más tarde. Fue un hombre polifacético y con gran talante organizativo, lo que le condujo a liderar la creación de la Federación Regional Sur, siendo su primer presidente. Su gran labor federativa fue decisiva para la creación del Campeonato de Andalucía, y para la organización del fútbol andaluz.
Inauguró un nuevo estadio, el Campo de Sport del Sevilla FC, sito en la Avenida de la Reina Victoria, en la hoy Avenida de la Palmera, e incorporó a su directiva a Luis Ibarra y Osborne, Jorge Graells Miró, Manuel Bon Ramos, Fidel Echeverría, Carlos García Martínez y Diego Otero Sánchez, que ejercía de directivo y jugador con el nombre de Niño Vega. Completaban la directiva Nicolás Carretero, Carlos Leconte, Francisco Díaz, Adolfo Jurado, Antonio García, Máximo Hortal, Francisco Hoyas y Luis Mauduit.
Con Paco Alba se trasladó la secretaría a los altos del Centro Mercantil e Industrial en la calle Sierpes nº69, dejando de peregrinar la sede por los domicilios particulares de los directivos, como había sucedido hasta entonces.
Falleció inesperadamente en abril de 1921, cuando contaba con solo 31 años, llegando a ser uno de los presidentes más carismáticos e importantes para la entidad sevillista, y el que la hizo madurar en el panorama futbolístico nacional.
En 1928, la directiva sevillista decidió que había que construir un mausoleo a Paco Alba, junto a los jugadores Spencer y Tornero, fallecidos desgraciadamente poco antes, pero con la construcción del campo de Nervión y la multitud de gastos, cayó en el olvido. 84 años después, recuperada esa acta por el Área de Historia, este deseo fue hecho realidad, y se colocó dicho mausoleo, que hoy pueden visitar en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.