Once contra once. Cuando el colegiado francés, Clément Turpin, ordene el inicio del histórico encuentro de este miércoles europeo en el Sánchez-Pizjuán, todos los datos estadísticos y las sensaciones de unos y otros quedarán en segundo plano ante el espectáculo singular -‘carpe diem’- de vivir el momento, sin pensar en mañana. Once contra once, fútbol de élite al que pocos tienen acceso, para plasmar la mejor versión posible y exhibir sobre el césped las credenciales que han traído al Sevilla FC a esta cita para poder disfrutar de otra noche grande. Y en la ruleta que es un partido de este nivel, al margen de competir, la clave es hacerlo con el sello de la casta y el orgullo, virtudes imprescindibles para alcanzar los retos reales.
El Sevilla FC -y el sevillismo- ambicionan hacer historia, la misma que presiona al United por volver a su estatus de antaño
En esta mágica tesitura, el sevillismo será parte fundamental de este nuevo envite deportivo. No hace falta reiterar la comunión equipo-afición, pero es importante que el rival la perciba y, si es posible, le pese en sus propósitos. Dicho rival -decir Manchester United es hablar de la aristocracia europea del fútbol- busca reengancharse a su pasado más glorioso, ya que desde la temporada 13/14 no alcanza una fase eliminatoria de la Champions League; es decir, viene presionado por su historia y el equipo que afronte el duelo con más determinación y energía, sin olvidar la humildad de los grandes, tendrá mucho ganado.