Impotencia puede ser la palabra que mejor lo defina. El Sevilla FC se dejó dos puntos in extremis en la que parecía la fecha en la que la espectacular racha liguera del líder iba a tocar a su fin. Franco Vázquez en el primer tiempo y Muriel tras el descanso pusieron al Sevilla en ventaja, pero salió Messi y el Barcelona no dejó de creer. Llovieron los contragolpes en los que se pudo matar el partido y el Sevilla manejaba con inteligencia la ventaja, pero en el 88 todo se nubló. Luis Suárez tras un córner y el propio Messi desde muy lejos consiguieron igualarlo todo y dejar al sevillismo con cara de incredulidad a las puertas de los cuartos de Champions.
Salió con bríos el Barcelona y Luis Suárez no tardó en plantarse ante Sergio Rico escoltado por la rápida línea de ataque azulgrana, aun sin Messi. Sin embargo, el Sevilla comenzó el partido con inteligencia, atento a las marcas individuales atrás y buscando aprovechar los espacios en la línea de tres cuartos para atacar con velocidad por las bandas. Eso sí, hubo que hacer frente a unos primeros minutos en los que los culés eran los que más inquietaban en el área rival. Sin ir más lejos a los diez de juego, ya la tuvo Luis Suárez con un disparo cruzado que salió lamiendo el poste.
El Sevilla mantuvo el tipo en los primeros minutos, firme en las marcas y rápido a la contra
No tardó en responder Correa tras una jugada trenzada entre Nzonzi y Navas, pero el argentino, que perdió el ángulo en el segundo palo, estrelló el balón en el cuerpo de Ter Stegen. Poco después fue Muriel el que lo intentó con un cabezazo en el área pequeña, pero la carga de su defensor fue suficiente para incomodar el remate y evitar su buena dirección. Con el paso de los minutos el partido se igualó y costó ver acciones de peligro, mientras Mercado veía la primera amarilla por una falta cerca del área de Rico. En la recta final del primer tiempo volvió a tenerla Iniesta con una falta que nadie tocó, pero el gol iba a ser sevillista.