Si no hay puntería, lo máximo que se puede sacar es un punto. Ese axioma futbolístico tantas veces repetido se puede aplicar esta tarde tanto a Deportivo de La Coruña como a Sevilla, que se medían en Riazor con la necesidad de ganar para perseguir sus objetivos pero cuya falta de pólvora les impidió salir del resultado inicial. Con Montella dejando a varios de los jugadores clave reservados para la Copa, de la buenísima imagen de la primera parte se pasó a un choque más abierto en la segunda y a un dominio deportivista al final, que por suerte no se vio reflejado en el electrónico.
El Sevilla lo hizo todo para irse por delante en el marcador al descanso. O casi, pues a pesar de monopolizar la posesión y disfrutar de claras ocasiones, le faltó batir a un exigido Rubén. Pronto se vio que pese a no alinear a muchos de los habituales, el equipo de Montella quería hacerse el dueño de la pelota como arma fundamental para mantener a raya a los los locales. Y aunque Layún probó pronto desde lejos, fue Adrián el primero en tener una clara. David Soria, bien por alto, lo evitó despejando a córner. A partir de ahí los sevillistas comenzaron a dominar claramente y tuvieron ocasiones para demostrarlo, como la de Carlos Fernández -gran novedad de inicio- a pase de Sandro y sobre todo la de Pizarro en el segundo palo tras una falta de Geis que sacó Rubén.
La más clara del primer tiempo la tuvo Banega, que cruzó demasiado tras un espectacular pase de tacón de Carlos Fernández
El Deportivo intentó estirarse y disfrutó de varios minutos de más tranquilidad mediado el primer acto. Lucas Pérez y el propio Adrián, con un tiro demasiado centrado, lo intentaron en esa corta fase. Sin embargo, no tardaron los de Nervión en volver a la carga con toque en campo rival, presión alta y llegadas claras. Navas contaba con toda la banda derecha para él y Carlos Fernández abriá espacios, como el que permitió a Banega cruzarla en solitario a seis para el descanso. El argentino la mandó muy cruzada con todo a favor, como el propio Carlos cuatro minutos más tarde, tras firmar un control que le había permitido quedarse totalmente solo. Poco antes de eso, Krohn-Dehli tuvo que dejar su sitio a Emre Colak al sentir mareos por un choque fortuito con Geis al inicio del encuentro.