Después de haber tocado otros cielos futbolísticos en la presente temporada -histórica en la Champions League y con nota alta en la Copa del Rey- el Sevilla FC de Joaquín Caparrós salta a escena en LaLiga, rememorando unas virtudes intactas que quedaron inoculadas en el ADN sevillista tras el paso del utrerano por el club de Nervión. El Sevilla FC-Real Sociedad de este viernes evocará al sevillismo algo incuestionable: el equipo se va a dejar el alma en el césped, volverá a aflorar el espíritu del ‘nunca se rinde’ -sólo alertargado en una racha nefasta de resultados- y vibrará en busca de la victoria como en los momentos mágicos de la entidad. Los miedos, las dudas, no sirven para nada. La cita viste gala de las grandes ocasiones, la primera de cuatro ‘finales’ ineludibles, presta a cultivar el gen ganador y el convencimiento de que la confianza da alas en pos del triunfo. El aliento del sevillismo será atronador y concitará a la rebeldía nervionense.
Volver a los orígenes y resetear las eternas virtudes cultivadas en años; aún quedan muchas cosas que decir
El importante duelo liguero ante el revitalizado equipo de Imanol Alguacil no es para empezar de cero. Esta temporada ha dado un alto nivel en partidos relevantes. Se trata de recuperar las virtudes sevillistas, minimizando los defectos. Para ello, nada mejor que volver a los orígenes, resetear la mentalidad y las condiciones idóneas que han venido siendo santo y seña en los años de éxitos acumulados, virtudes germinadas en el gen nervionense para los restos. Son sólo cuatro partidos, pero quedan aún muchas cosas que decir. El balance no está cerrado. En este escenario, sólo vale ganar a la Real Sociedad -sin ambages-; el plan esta vez hasta puede quedar en un segundo plano, aunque para alcanzar el triunfo, el reto requiere un cóctel de fútbol, solidez y acierto, no exento de garra y templanza.