CUATRO DÉCADAS DE LA LLEGADA DE BERTONI, EL PRIMER GRAN FICHAJE MEDIÁTICO DEL SEVILLA

Este 19 de mayo se cumplen nada menos que cuatro décadas de la llegada de todo un astro internacional al Sevilla FC, Ricardo Daniel Bertoni. La temporada 77/78 había terminado con un octavo puesto que confirmaba la estabilidad clasificatoria después de tres campañas asentados en Primera. Sin embargo, la situación económica iba en auge, el Ramón Sánchez-Pizjuán lucía por fin en todo su esplendor y el club, con Eugenio Montes Cabeza al mando, buscaba dar un paso más en lo deportivo. La Primera División se había cerrado a principios de mayo por la disputa del Mundial de Argentina, pero la planificación de la siguiente campaña no se haría esperar y el secretario técnico, Santos Bedoya, viajó precisamente al país sudamericano para cerrar una operación que ilusionaba y de qué forma al sevillismo. Santos se dirigió a Córdoba, donde el combinado albiceleste de Luis César Menotti preparaba minuciosamente su estreno en un torneo donde ejercería de anfitrión.

Allí pudo hablar directamente con su principal anhelo deportivo, un Bertoni que tras varios años destacando en Independiente de Avellaneda, se erigía en una de las grandes armas argentinas para alzarse con su propia cita mundialista. No fue ni mucho menos sencillo, pues se hablaba de que tanto el FC Barcelona como el Valencia CF -que ya contaba con la también figura argentina Kempes- querían a Bertoni. Sin embargo, Santos Bedoya, que se las tuvo que ver con Julio Grondona, presidente de Independiente que un año más tarde tomaría las riendas de la AFA, pudo regresar a Sevilla con documentos que vinculaban al delantero con el club que le abriría las puertas de Europa.

Santos Bedoya consiguió convencer al jugador en Córdoba, donde Argentina estaba concentrada para preparar el Mundial

Aunque en el Sevilla se intentó llevar el asunto con discreción, los medios locales acabaron conociendo los detalles de la operación e incluso contactaron con el jugador, quien en una época sin páginas oficiales ni redes sociales, acabó reconociendo que Sevilla sería su destino. Sin embargo, sus miras deportivas estaban entonces centradas en un Mundial que comenzaría apenas doce días más tarde. Y con todo el sevillismo pegado al televisor pese a que el cambio horario no ayudaba, Argentina se estrenó ganando a Hungría por 2-1 gracias al decisivo tanto de Bertoni a siete minutos para el final.

Aunque con su juego sí que estaba cumpliendo las expectativas, el segundo y último tanto de Bertoni en aquel Mundial se haría esperar al momento más decisivo, el de la gran final ante Holanda en el Monumental de Buenos Aires. Kempes había abierto pronto el marcador, pero los naranjas igualaron casi al final para forzar una prórroga que volvió a decantar Kempes y que Bertoni se encargaría de sentenciar. Y aunque las cifras exactas no se hicieron públicas, de lo que no hay duda es de que el club hizo un enorme esfuerzo para llevar a cabo su primer gran fichaje mediático. 

El sevillismo aceptó el establecimiento de una cuota especial de mil pesetas a cada abonado para colaborar en los gastos de aquel mercado

Por ello, en la asamblea general que por aquel entonces se celebraba en pleno verano, se aprobó el establecimiento de una cuota especial para abonados de mil pesetas, con facilidades de pago, con idea de poder asumir dicho esfuerzo. Una vez más, tras la construcción primero y finalización después del estadio, el sevillismo respondió y aquella decisión se asumió como parte del sueño de poder tener en casa a todo un campeón del mundo. Apenas unos días después y sus 23 años, Bertoni aterrizó en Sevilla para formalizar el contrato y ponerse a las órdenes del recientemente fallecido Luis Cid Carriega.

Bertoni permaneció durante dos campañas en Nervión, en las que disputó 57 partidos y anotó 24 dianas. Mucho mejor le fue en la segunda, aunque en la anterior, un doblete suyo y la consiguiente victoria ante una Real Sociedad que llegó invicta a la última jornada, fue decisivo en el devenir de aquella liga que acabaría llevándose el Real Madrid. Posteriormente daría el salto a Italia, donde jugó otras tres campañas en la Fiorentina. Nápoles -dos años- y un último en Udinese, dieron paso a su regreso a Argentina a finales de los años ochenta. Junto a Bilardo y Scotta, fue uno de los cicerones de la plantilla nervionense en 2015, cuando el Sevilla FC viajó a Buenos Aires para disputar la Copa Euroamericana ante River Plate.