Los vasos comunicantes son una tónica general en el fútbol y el Sevilla FC regresa al Estadio Ciutat de Valencia muy pronto, teniendo en cuenta que el parón veraniego ha estado de por medio. Fue el pasado mes de abril cuando, después del varapalo que supuso la final de la Copa del Rey en el Wanda Metropolitano, tocaba verse las caras con un Levante UD resurgido de la mano de Paco López. Anímicamente por los suelos, el equipo no pudo sacar nada ante los granotas a pesar de aquel golazo de Carlos Fernández que suponía el empate. Roger a los diez minutos y Morales mediada la segunda parte, ajusticiaron aquel encuentro que supuso la marcha de Montella y que obligó al equipo, de la mano de Caparrós, a sudar tinta china para alcanzar la ansiada séptima plaza.
Una posición que permitió acceder a la Europa League, esa que hace ahora que los nervionenses se desplacen a la capital del Turia con una sonrisa de oreja a oreja. Y es que el mejor resultado europeo como local de toda la historia lo merece de sobra. Después de dos malos resultados ligueros que amortiguaron el espectacular inicio en Vallecas, Machín y los suyos buscan que esta montaña rusa del inicio del campeonato deje paso a una rampa hacia arriba lo más duradera posible. No será sencillo, porque se avecina una semana sin duelos europeos y en la que tras el primer plato levantino, llegará el miércoles al Ramón Sánchez-Pizjuán nada menos que el Real Madrid.
Cortada la mala racha este jueves con una goleada, toca volver a sumar en LaLiga
Curiosamente no es el Sevilla un equipo que se le dé especialmente bien a los valencianos, que hasta la ya comentada cita del cierre de la 17/18, acumulaban nada menos que cinco partidos consecutivos sin sumar de tres ante los blanquirrojos. Eso sí, mantienen un fortín en su casa ante el equipo sevillista, donde sólo han caído una vez en los seis últimos precedentes. Estadísticas éstas que no tendrán valor alguno cuando la pelota se ponga a rodar a partir de las 12 del mediodía. Por suerte, la tardía ola de calor que azota el sur de España no tendrá tanta repercusión en la capital valenciana, donde se espera que el termómetro no vaya más allá de los 30 grados durante la disputa del partido.