Existía la oportunidad de despedirse del Ramón Sánchez-Pizjuán con una nueva victoria -la décima seguida como local- y no lo desaprovechó el Sevilla FC. Partido bien planteado por el Girona, pero que a diferencia de los últimos triunfos ligueros en Nervión, quedó resuelto mucho antes del pitido final. Aunque lo mereció con creces ya en la primera parte, el muro fue derribado en el arranque de la segunda, cuando André Silva provocó un penalti y Banega lo mando dentro. Poco después fue Sarabia, con la inestimable ayuda de Ben Yedder, el que consiguió el segundo y la sentencia. El Girona apenas la tuvo para descontar -paradón de Vaclík a Borja en el descuento- y lo que más cerca estuvo fue el 3-0, pero la ventaja era lo suficientemente cómoda para dar por bueno este claro triunfo.
La fría mañana en Sevilla se trasladó al césped como es lógico, pero el equipo de Machín no tardó en hacerse con el dominio del encuentro. Ante un Girona con el mismo dibujo que el técnico soriano inculcó en su etapa en Montilivi, los nervionenses se mostraban firmes en defensa y con vocación de salir rápido al ataque apoyados en el regreso de Navas. Eso sí, cualquier error en la transición era penalizado por los visitantes, que aún así no le complicaban demasiado las cosas a Vaclík. En el siete de partido tuvo la primera Ben Yedder, que aprovechó la estirada de Iraizoz para disparar forzado y mandó el balón al lateral de la red. La respuesta catalana, ya mediada la primera mitad, llegó en forma de contragolpe tras una de esas comentadas pérdidas que generó un tres para tres. Sergi Gómez, muy atento al corte, logró enviar a córner para deshacer el peligro.
El equipo tomó el mando desde el inicio y el Girona sólo se acercó con un par de contras
Fue ya en el segundo tramo de la primera parte cuando se vio un Sevilla más volcado hacia el área rival y merecedor del primer tanto. Con un activo Roque Mesa, hoy por delante de Banega en el dibujo, fue el argentino el que probó desde la frontal, con un disparo potente que se fue a la derecha de la meta de Gorka. Escudero también la tuvo desde el borde del área, pero la más clara llegó sin duda, cercana la media hora, por medio de Sarabia. Balón interior de André Silva y buen tiro escorado del madrileño, que engaña a Iraizoz. Sin embargo, el meta saca el pie a la desesperada y evita un gol que ya se cantaba.