No habrá ninguna emoción en la última jornada del grupo A de la UEFA Europa League. De eso se encargó el Sevilla FC, que alcanzó el 15 de 15 puntos en una noche algo fría en lo climatológico y en lo ambiental. Llegaba el Qarabag con la intención de apurar sus opciones de clasificación puntuando en Nervión, pero el acierto de Bryan a la hora de juego certificó la eliminación azerí y la consiguiente clasificación del APOEL, que con su segundo triunfo en cinco encuentros hizo matemático su pase.
Se esperaban rotaciones, como había venido ocurriendo durante toda la fase de grupos, y así fue. Con todo el trabajo hecho, Lopetegui dio oportunidades a los menos habituales, volvió a tirar de Carriço tras su lesión y dejó incluso fuera de la lista a muchos de los presumibles titulares ante el Leganés el domingo. Ya había funcionado en las cuatro citas europeas anteriores y la elección era de sobradas garantías, pero el Qarabag salió convencido de que puntuar era un premio más que suficiente en Nervión. Para ello planteó una línea de cinco atrás que resultaba prácticamente infranqueable para los de casa.
Poca emoción la de una primera parte prácticamente sin ocasiones
De hecho, al Sevilla le costó 42 minutos probar por primera vez a Begovic, que acertó con reflejos a enviar a córner una falta botada por Munir. Hasta ahí el bagaje ofensivo en la primera parte para un equipo que monopolizaba la posesión pero sin capacidad para romper las férreas líneas del conjunto de Azerbaiyán. Eso sí, tampoco se puede decir que los visitantes pusieran mucho de su parte para abrir el marcador, pues la única vez que probaron a Bono en los primeros 45 minutos fue con un lejano disparo de Hüseynov a los diez de juego.