LO MISMO QUE OTRAS TANTAS VECES, COMO NUNCA ANTES

Dicen que las primeras veces nunca se olvidan, pero también que un padre quiere a todos sus hijos por igual. El Sevilla FC está a las puertas de su sexta final de UEFA Europa League y en el vestuario se transmiten la ilusión y el hambre del que nunca ha estado antes tan cerca de tocar la gloria. Dentro del grupo hay de todo. Desde experimentados campeones de casi cualquier competición -hasta el Mundial- a chavales que sueñan con su primera gran alegría profesional. Pero si algo define al conjunto es el haberse sabido impregnar de esa inexplicable conexión que tienen el Sevilla y la Europa League desde hace casi tres lustros.

Es la sexta semifinal y en la que, sin duda, el nombre del adversario impone más sobre el papel. Posiblemente a excepción de la primera ante el Schalke, en la que el hecho de estar conquistando territorio inexplorado era un hándicap fundamental, el Sevilla siempre se sintió, en el fondo, favorito para estar en la final. Esta noche, dentro del vestuario, sus integrantes también se sentirán así. Y puede que los argumentos futbolísticos, que lo son casi todo en el análisis, queden en un importantísimo, sí, pero segundo plano. Si el Sevilla ha logrado todo lo que lucen sus vitrinas en la UEFA Europa League no puede ser únicamente por motivos futbolísticos. Tiene que haber algo más. Hay algo más.

La fortaleza mental del vestuario sevillista ha quedado fuera de toda duda en estos días

Y ese algo lo sabe Julen Lopetegui desde que aterrizó en Sevilla. Han debido bastar dos conversaciones con los máximos responsables del club para empaparse de que, para su equipo y para su club, la Europa League significa mucho. Una competición que fue su pasaporte hacia la grandeza y a la que nunca se le puede restar ni un ápice de importancia por mucho que los flirteos con la Champions comiencen a ser tan recurrentes. Para más inri, situaciones como las que han tocado vivir este difícil 2020 y el chute de adrenalina con el regreso de Gudelj al grupo, ponen más ingredientes para pensar que otra vez sí, que "el lío", como dijo Monchi, es de aúpa.

Desde su llegada a Nervión, Lopetegui se empapó de lo mucho que significa la UEL para el Sevilla

A partir de ahí, irremediablemente, será el balón el que decida. Y es que por mucho que la ilusión pueda empequeñecer rivales y que la gesta ya se consiguió hace dos años en Old Trafford, el Manchester United es uno de los gigantes del planeta fútbol. Sufrió mucho para estar en cuartos -como el Sevilla-, no ha perdido en la Premier desde la reanudación del torneo -como el Sevilla en LaLiga- y viene con la motivación extra de haber caído en esta misma ronda en las dos copas inglesas.

Manchester City y Chelsea fueron los verdugos de los de Solskjaer, que quieren llevarse una final a la boca esta temporada. Para el Sevilla sería la 19ª final en los 20 años que van de siglo XXI. Una locura que ojalá, sea real a partir de las once de la noche. No pasa nada, incluso, si tiene que tardar un poco más. El alemán Félix Brych, con el silbato, pondrá más galones europeos si cabe a esta cita de altura que arrancará puntualmente a las 21.00 horas en el Stadion Köln.